Varios de los 38 inmigrantes interceptados el miércoles son trasladados a las dependencias de la Cruz Roja y de la Policía Nacional del Puerto de Cartagena. :: PABLO SÁNCHEZ / AGM

Las ilusiones se disparan en verano, pero no sólo a este lado del ‘charco’. Los planes para las vacaciones que estos días hacen millones de españoles chocan de manera brutal con los planes que miles de argelinos elucubran con la esperanza de empezar una nueva vida lejos de la miseria del continente africano y cumplir por fin un sueño. Ese sueño se vuelve a escenificar estos días en la Región de Murcia con la llegada de inmigrantes ‘irregulares’ a bordo de auténticas oleadas de pateras, que se presume seguirán arribando durante todo el verano. Sólo en las últimas 48 horas, y al cierre de esta edición, la primera oleada ha desembocado en la detención de 60 ‘sin papeles’ – 38 el miércoles y 22 el lunes – que intentaban ‘tomar’ la costa regional en cincos embarcaciones «idénticas», según fuentes de la Delegación del Gobierno, «que incluso llevaban el mismo modelo de GPS».

La hipótesis que barajan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es que estas pateras salgan de la costa argelina de forma organizada para intentar llegar a varios puntos de la costa del sureste español. «Como un abanico, para evitar que todos caigan en la misma red de la Guardia Civil». Se descarta, por tanto, «la presencia de un buque ‘nodriza’ con cientos de inmigrantes a bordo en aguas próximas» a la Región de Murcia, porque «son barcos muy fáciles de detectar y que, además, no tendrían aquí espacio suficiente para operar con efectividad, ya que es un tramo muy corto de costa». Este tipo de barcos, también conocidos como barcos ‘negreros’ «suelen operar más en aguas del Atlántico y con subsaharianos a bordo, no argelinos», tal y como detallaron las fuentes de la Delegación del Gobierno consultadas por este periódico. Además, y según fuentes de la Policía Nacional, «se nota que Argelia levanta la mano en los controles cuando nos llegan este número de inmigrantes ‘sin papeles’».

Sin embargo, y a pesar de que la Guardia Civil y la Policía Nacional se preparan para otro verano ‘movidito’ en cuanto a la ‘invasión’ de pateras, la costa de la Región de Murcia parece haberse puesto un ‘escudo’ para evitar la llegada masiva y descontrolada de ‘sin papeles’ al litoral murciano. Ese ‘escudo’ no es otro que el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), que este año está rindiendo – a tenor de los datos ofrecidos por la Delegación – a un nivel extraordinario. 100% de aciertos en lo que va de año. Ni un sólo fallo. Son las consecuencias lógicas de los refuerzos que se han ido aplicando a este sistema en la Región, que otros años no ofrecía tantas garantías como las que – según se desprende del primer balance – ofrece el presente curso. Lo confirmó ayer el delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, que desveló en una rueda de prensa, y a preguntas de los periodistas, que el sistema de vigilancia «ha permitido detectar a los 72 inmigrantes que han llegado a las costas murcianas desde comienzo del 2010 a bordo de seis pateras», una cifra inferior a los que llegaron el año pasado por estas mismas fechas (86 inmigrantes ‘irregulares’).

¿Por qué esta mejoría? La respuesta está en las infraestructuras que ha instalado el Ministerio del Interior en el último año para combatir la llegada de ‘sin papeles’ a bordo de pateras. Más concretamente en septiembre del 2009, cuando tres radares fijos vinieron a complementar la función de los dos móviles con los que contaba la Guardia Civil en la Región de Murcia hasta el verano pasado, y que no eran suficientes para cubrir el 100% de la costa murciana, algo que ahora «sí sucede, y con una profundidad de ‘visión’ de 30 millas», según fuentes de la Delegación del Gobierno.

Además, el SIVE ha permitido detectar las últimas pateras «lo antes posible, a distancias de entre 12 y 20 millas de la costa, lo que permite al dispositivo de seguridad intervenir lo antes posible con el menor riesgo para la vida de los inmigrantes, que es lo más importante», según ratificó el delegado.

Al respecto, González Tovar destacó que los últimos 38 inmigrantes que arribaron a la costa el miércoles – y que se suman a los 22 argelinos interceptados el lunes – se encontraban en buen estado de salud y que, entre ellos, había cinco menores que serán puestos a la tutela de la Comunidad Autónoma de Murcia. El resto de los ocupantes serán puestos a disposición de la Policía Nacional para tramitar el oportuno expediente de repatriación a Argelia, el país de procedencia de todos ellos. González Tovar resaltó que todos los inmigrantes interceptados en 2010, hasta el momento, procedían de Argelia, puesto que se trata de la ruta más corta para arribar a las costas murcianas. Por eso, insistió en la necesidad de intervenir en las costas del país de procedencia y colaborar con ellos para evitar el flujo migratorio. En este sentido, precisó que el dinero que pagan los ocupantes de estas pateras a las mafias «es muy cambiante», y puede oscilar entre los 800 y los 1.200 euros.

Retorno de menores

Por otra parte, los ministros del Interior de la Unión Europea respaldaron ayer poner en marcha un plan de acción para afrontar el problema de los inmigrantes menores no acompañados que llegan a Europa, tal y como reclamaba España. La prioridad de este plan de acción será facilitar el retorno con sus familias o a instituciones de acogida en sus países de origen. En 2009, un total de 10.960 menores no acompañados (un 13% más que el año anterior) presentaron solicitudes de asilo en la UE. Pero si se cuenta también a los que no solicitan asilo sino que emigran por motivos económicos – como ocurre en España, uno de los países más afectados por este fenómeno – el número total podría situarse entre 50.000 y 100.000 al año, según Bruselas. El interés superior del menor, y así está reconocido en la normativa internacional, es que se proceda a la localización de su familia y a la reunificación familiar», destacó la secretaria de Estado de Inmigración, Anna Terrón. En este sentido, señaló que el plan habla del « retorno acompañado» y de la «reintegración del menor en su entorno». El plan carece de dotación presupuestaria específica. No obstante, los miembros piden a la Comisión que utilice los fondos existentes de cooperación exterior de la UE para financiar proyectos en los países de origen para prevenir la salida de menores no acompañados, por ejemplo escuelas, planes de formación profesional o programas para el empleo de los jóvenes.