El Ayuntamiento de Figueres (Alt Empordà) aprobará hoy una reforma del plan general de urbanismo para reservar unos terrenos próximos al cementerio con el fin de ampliar el camposanto y habilitar un gran espacio destinado a albergar el futuro parque de las Confessions. La iniciativa, que da cumplimiento a la ley de centros de culto aprobada el año pasado por el Parlament, permitirá concentrar en una gran área ajardinada hasta cinco edificios de entre 500 y 800 metros cuadrados destinados a albergar centros sociales o de culto de las diferentes comunidades religiosas que conviven en la ciudad.

El alcalde de Figueres, Santi Vila (CiU), manifestó ayer que se trata de un proyecto «muy importante y cargado de connotación política», que pretende que la capital del Alt Empordà, con un 30% de población inmigrante, «siga siendo un modelo de convivencia». Vila explicó que uno de los problemas que le trasladaron las comunidades de inmigrantes al principio de su mandato fue la falta de espacios para ubicar sus centros de culto y la carencia de lugares apropiados para enterrar a sus muertos según sus ritos. Atendiendo a esta demanda y a la normativa del Parlament, el ayuntamiento ha decidido ampliar el cementerio en más de 16.000 metros cuadrados y crear este nuevo parque, que supondrá una inversión de unos 1,3 millones de euros y que puede estar acabado el próximo año.

El alcalde dejó muy claro que «bajo ningún concepto» el ayuntamiento asumirá la construcción de los centros de culto, sino que se limita a habilitar un espacio «adecuado» para que las comunidades que lo deseen los puedan construir. En este sentido, Vila precisó que ya hay dos peticiones para levantar un templo de los testigos de jehová y una iglesia ortodoxa. Los musulmanes, que en Figueres están muy fragmentados, se lo están pensando.