CULTURA | NAVARRA

Ocho mujeres de etnia gitana dan vida en el Gayarre a "La casa de Bernarda Alba"

La función tendrá lugar hoy, a las 20.00 horas, con todas las entradas agotadas

Esta particular versión de la obra de Federico García Lorca ha sido dirigida y desarrollada por Pepa Gamboa

Diario de Noticias, fernando f. garayoa, 30-05-2010

pamplona. Federico García Lorca regresa de nuevo al escenario del Teatro Gayarre de Pamplona y lo hace con una de sus obras más importantes, La Casa de Bernarda Alba, y, probablemente, con uno de los elencos que más sentido le han dado al texto escrito por el dramaturgo español. Ocho mujeres de etnia gitana, que no son actrices profesionales y que entre sus conocimientos no se encuentran los de saber leer y escribir, desarrollan, junto a la actriz Marga Reyes y bajo la dirección de Pepa Gamboa, el también conocido como Drama de las mujeres de los pueblos de España. La función, que tiene todas las entradas agotadas, tendrá lugar hoy a partir de las 20.00 horas.

Pepa Gamboa, directora de la obra y responsable de llevar adelante este coherente proyecto, visitó Pamplona el pasado viernes para explicar los entresijos y el origen del montaje y, a su vez, impartir una charla en la Escuela Navarra de Teatro.

“Cuando hablamos de esta obra, estamos hablando de otro teatro, ya que sus protagonistas no son actrices ni lo pretenden. Son mujeres ágrafas, no saben leer ni escribir, pero es que tampoco sabían lo que significaba la palabra teatro”, apuntó ayer como introducción a la obra su directora Pepa Gamboa; una obra que surgió “porque el Centro Internacional de Investigación Teatral está situado cerca del asentamiento chabolista del El Vacie, que es el más antiguo de Europa. Ricardo Iniesta fue el que me propuso hacer algo con estas mujeres, e inmediatamente se me ocurrió La Casa de Bernarda Alba porque veía muchas concordancias entre ambos encierros, aunque uno sea a cielo abierto y otro sea el que sucede en la dramaturgia literal que se desarrolla en el texto. En cualquier caso, no deja de ser un conflicto de mujeres que, en definitiva, están solas, encerradas en realidades que yo encuentro muy similares”.

Esta sería la percepción y la intención original del proyecto, pero Gamboa quiso dejar claro que a las protagonistas del montaje “La Casa de Bernarda Alba no les parece una tragedia… La sociedad en la que viven es muy complicada y no es que estén afectadas por la exclusión social, es que están excluidas totalmente. Son mujeres a las que ni siquiera contratan para limpiar… De hecho, se están sucediendo muchas situaciones paradójicas, ya que de pronto se encuentran sobre el escenario, con todo el público aplaudiendo tras acabar la actuación, y cuando salen, resulta que no les dejan entrar en el bar de al lado”.

Lorca Tanto para la directora como para las actrices Lorca es el gran acierto de este proyecto. "Lorca está al servicio de ellas y ellas al servicio de Lorca. Federico les ha tendido una mano para que suban al escenario y ellas hablan de él como si todavía estuviera vivo, no entienden que haya muerto “ese hombre tan bueno, que se porta tan bien con nosotras”. Un autor y una obra a los que ha llegado a través de películas y de obras de teatro. En lo que se refiere al ensayo propiamente dicho del montaje, Gamboa matiza que hemos trabajado "con juegos e improvisaciones paralelas. Pero lo curioso era que, en algunas improvisaciones, les salían textos muy parecidos a los de La Casa de Bernarda Alba.

Pero, al margen de que todo lo que rodea a este montaje resulte complicado, Pepa Gamboa se ciñe a la realidad y resume que “al final, el proceso de preparación de la obra ha sido el normal para un montaje: dos meses de ensayo, con un horario, unos calentamientos… No ha sido una labor ortodoxa, ya que no existe un trabajo de los personajes ni de antagonistas ni de protagonistas; aquí es un sálvese quien pueda en el que; eso sí, hemos jugado con todos los elementos que el teatro nos proporciona. En definitiva, desde la convivencia creativa hemos creado este invento. Para mí, sin duda, está siendo mi trabajo más emocionante”.

Emociones Arropadas por el incontestable éxito logrado en Madrid, las protagonistas se han lanzado a llevar sus emociones a otras ciudades. “Que no se trate de un montaje ortodoxo no significa que no sea profesional, ya que contamos con un concepto teatral que soporta todo el experimento. Esto no es una curiosidad, es un espectáculo de teatro protagonizado por mujeres ágrafas pero con muchísmas ganas, una gran determinación y siendo muy valientes”. Y, además, se da la circunstancia de que “esta es la primera vez que entran en el mercado laboral, algo que para ellas supone un auténtico paso de gigante… Y que ha provocado situaciones como el hecho de que los maridos son los que se quedan en El Vacie cuidando a los niños mientras ellas ensayan o actúan”, cuenta Gamboa, y relata como esos mismos hijos les reciben a sus madres con olés cuando llega a casa del Teatro. “Ellas se sienten orgullosas pero sin excesos, son muy cabales, saben perfectamente donde están y que esto sólo es una experiencia… No pierden la cabeza en ningún momento y, eso sí, disfrutan mucho y les gusta mucho compartir”.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)