Los hispanos dicen basta

El Periodico, ANTONI BASSAS, 30-05-2010

Maricela está preocupada. En septiembre, el juez decidirá si su marido Arturo es expulsado de Estados Unidos y deportado a México, de donde ambos salieron en el 2000. «No teníamos papeles. Pagamos 3.000 dólares a un coyote para que nos pasara por el desierto, y una vez en Phoenix nos exigió 3.500». Han tenido dos hijos. Arturo ha trabajado a doble turno en el McDonalds, limpiando lavabos y cocinas de las 5 de la mañana a las 12 de la noche, con un número de la Seguridad Social falso. Una extrabajadora le denunció y los hombres del temible sheriff Joe Arpaio le fueron a buscar en casa. El pequeño le preguntaba: «Daddy, ¿por qué se te llevan?» Pues porque han pasado 10 años y continúa sin papeles.
Como Maricela y Arturo hay cerca de medio millón de personas en el estado de Arizona. Roberto Revelez, dirigente de la Unión Americana de Libertades Civiles, diagnostica: «El sistema inmigratorio de Estados Unidos está roto. Hace menos de un siglo, los inmigrantes que llegaban a Ellis Island no pasaban más de un día o dos internados antes de que les diesen el visado. En cambio, ahora hemos dejado entrar a más de 15 millones de personas sin papeles que hace ya años que siguen su vida aquí, que han tenido sus hijos aquí, y ahora los queremos expulsar». Y el vicealcalde de Phoenix, Michael Nowakowski, remacha: «Yo creo que es miedo. Los hispanos ya somos el 40% en la ciudad. Nuestros hijos hablan inglés y ya se gradúan».
El 29 de julio tiene que entrar en vigor la célebre SB1070, la ley que permite a la policía pedir los papeles a cualquiera que haya cometido una falta, como por ejemplo tener una grieta en el parabrisas. Los hispanos lo tienen claro: «¿Usted cree que a un blanco que tenga una grieta le pedirán los papeles?». Y entonces, la palabra: «Esto es racismo».
Arizona se ha convertido en un laboratorio social. Hasta 16 estados norteamericanos podrían copiar la ley. La emisora WTVN – AM de Ohio ha organizado un concurso esta semana en que el premio para el ganador era un fin de semana en Arizona «cazando sin papeles». Los Phoenix Suns imprimieron una camiseta solidaria con la inscripción: «Los Suns». El Sheriff Arpaio se rió ante las cámaras de TV3: «Los Suns, Los Suns… ¿y a mí, qué? Yo soy de Boston y fan de los Celtics».
El sheriff es un cargo de elección democrática. Arpaio gana ininterrumpidamente desde 1996 gracias a la mano dura. Envía a sus hombres a los restaurantes o las obras donde trabajan los mexicanos, y con cualquier pretexto les pide los papeles. Algunos indocumentados acaban ingresados en la prisión del condado de Maricopa, donde el sheriff ha hecho construir un campamento con tiendas de campaña bajo el sol inclemente del desierto. «Si no te gusta, recuerda que nuestros soldados lo pasan peor en Afganistán», dice un cartel de bienvenida al Tent City. Además, los presos, vestidos con el uniforme de rayas blancas y negras, tienen que llevar los calzoncillos y los calcetines de color rosa. «Nos ven machos, y así nos humillan», dice el preso Gabriel Sánchez.
Un día, el hijo mayor de Arturo y Maricela preguntó si a él también le detendrían cuando se hiciese mayor. La madre le contestó: «A ti no. Tú naciste aquí y te dieron un papelito, y con este papelito no te pasará nunca nada». «Y el padre, ¿por que no lo tiene?» «Porque nosotros nacimos en México. Y allí no te dan este papelito».

Antoni Bassas es corresponsal de TV3 en Estados Unidos.

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