Los españoles van a lo suyo

El Correo, ESTIBALIZ SANTAMARÍA, 27-05-2010

Cada vez más individualista y, a la vez, muy exigente con que el Estado le mantenga protegido. Así es el español medio según el libro ‘Un individualismo placentero y protegido’, el análisis de la IV Encuesta Europea de Valores en su aplicación en España. El trabajo ha sido dirigido por los sociólogos Javier Elzo y María Silvestre, y realizado por profesorado y personal investigador de la Universidad de Deusto. Según Elzo, «el título del trabajo refleja la conclusión más destacable del estudio: que los españoles tienen problemas para conjugar un evidente individualismo con la demanda creciente a la Administración de que le ofrezca protección».

Los directores del estudio especificaron ayer que la mayoría de las 1.500 encuestas en las que se han basado se llevaron a cabo en la primavera de 2008, antes de que la crisis global estallara definitivamente. Sin embargo, consideran plenamente vigentes los resultados. «Creo que variarían muy poco porque en Cataluña las encuestas se realizaron en 2009 y los datos no difieren demasiado», expone la socióloga María Silvestre.

Así pues, el retrato robot del español es el de una persona bastante feliz en su vida y en su trabajo, que rechaza la inmigración por temor a que ocupe su empleo y cada vez da menos importancia a la religión. Prefiere tener un trabajo estable y bien remunerado que un empleo enriquecedor en el que deba asumir responsabilidades. Confía en la Sanidad, la Seguridad Social y la Policía, pero desconfía especialmente de la Iglesia y de los partidos políticos. El concepto europeo no va con este ciudadano medio, tampoco la participación en la ‘cosa pública’, pero reclama un Estado intervencionista que sostenga el sistema y, sobre todo, le garantice su seguridad.

Javier Elzo concluye que «los grandes iconos de la sociedad española son el ‘gran dios’ dinero, la salud y la seguridad» y considera «grave» que los españoles «acepten un retroceso en sus libertades, con leyes cada vez más duras y controles cada vez mayores, a cambio de esa ‘sacrosanta’ seguridad».

¿Qué es lo que más le ha sorprendido de los resultados del análisis? «La persistencia de un núcleo importante muy autoritario en España». De hecho, pese al «discurso políticamente correcto de defender valores feministas, en la práctica, el modelo de familia tradicional no ha desaparecido e incluso asistimos a un ‘revival’ del machismo», afirma el sociólogo. Pero nada de todo esto distingue demasiado a la sociedad española de otras europeas. «Sigue patrones parecidos a los de Bélgica, Alemania o Austria, ya que, pese a que económicamente se establezcan semejanzas entre España, Portugal, Grecia e Irlanda, socialmente el español se parece más al ciudadano centroeuropeo», describe María Silvestre.

Inmigración

Cada vez más intolerantes

Seis de cada diez personas consideran que en España hay demasiados inmigrantes y la mayoría condiciona la aceptación del que viene de fuera a que haya trabajo sobrante para él. «Hace 20 o 30 años no había inmigración, es ahora cuando empiezan a manifestarse sentimientos intolerantes y, además, un discurso asimilacionista», describe la socióloga María Silvestre. Es decir, que los extranjeros adopten nuestros modos de vida y abandonen los suyos.

Familia

Prevalece el rol tradicional

«Los hombres deben asumir tantas responsabilidades como las mujeres en el hogar y con los hijos». Más del 92% de los encuestados suscriben esta afirmación, pero el referente doméstico maternal está muy lejos de desaparecer del imaginario colectivo. Según el estudio, crece el apoyo al empleo femenino – un 84% cree que tanto el hombre como la mujer deben contribuir a los ingresos del hogar – . Muestran esta convicción, sobre todo, mujeres menores de 54 años, de izquierdas, poco religiosas, con mayor nivel de estudios y con formas de convivencia no convencionales.

Trabajo

Mejor sin responsabilidad

La sociedad española sigue creyendo que trabajar es la vía natural para vivir, pero sus preferencias laborales están cambiando. Da prioridad al gozo inmediato – es decir, a tener un buen sueldo, estabilidad y buen horario – , frente al desarrollo personal y profesional a través de un empleo interesante pero que exija asumir responsabilidades.

Religión

Creyentes, pero sin Iglesia

El análisis, comparado con los resultados en décadas precedentes, evidencia un peculiar proceso de secularización desde la desaparición del nacional – catolicismo y la transición democrática. Los niveles de religiosidad siguen siendo bastante elevados, pero se manifiestan de forma individualizada, al margen de la ortodoxia de la Iglesia. Aún así el sentimiento religioso se manifiesta más entre las mujeres, las personas más mayores, los inmigrantes y quienes se autodenominan de derechas.

Política

De centro izquierda

La sociedad española se afirma mayoritariamente de centro izquierda, «pero cada vez más construimos nuestra identidad con trocitos de distintas tendencias. Las creencias cerradas son las menos y por eso en una misma persona se solapan identidades que, a priori, son contradictorias», explica María Silvestre. Los españoles creen que su democracia es susceptible de mejorar y su conciencia europea es nula. Se preocupan más de lo que parece por la política, pero muestra una desconfianza absoluta hacia los partidos y sindicatos.

Sociedad

Aborto y eutanasia

«España, y aún más Euskadi, es muy abierta en cuestiones de sexualidad, la vida y la muerte», afirma Silvestre. El estudio revela que esta sociedad justifica mayoritariamente prácticas como el aborto y la eutanasia, ésta última, por encima de la homosexualidad. Curiosamente, pagar ‘en negro’ tampoco está demasiado mal visto, pero sí lo está el adulterio o aceptar un soborno.

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