Un año después de contraer matrimonio con un ciudadano comunitario, una persona sin permiso de residencia puede obtener la nacionalidad española, y también reagrupar a descendientes de que dependan de ella.

En un contexto en el que se van cerrando las fronteras externas de la Europa de los 27 y cada vez es más complicado obtener permiso de residencia en España desde los países de origen, algunas mafias ofrecen una puerta trasera de entrada: simular una unión matrimonial.

Fue el motivo por el que Fiscalía se opuso o planteó la nulidad de 15 matrimonios en Navarra en 2009: apreciar que eran “de conveniencia o complacencia”.

En trece enlaces se opuso de forma previa a que se celebraran, y otros dos están siendo investigados con posterioridad, al detectarse documentación falsa, corroborada por el análisis de peritos del Cuerpo Nacional de Policía, o darse contradicciones y falta de conocimiento mutuo “en la audiencia personal y reservada” que se celebra antes de la inscripción del matrimonio.

En todos los casos en los que se opuso, el órgano fiscal determinó que estos enlaces “obedecían a fines espúreos contrarios a la finalidad propia de la institución matrimonial”, como pueden ser “obtener posteriormente el correspondiente permiso de residencia y trabajo o la reagrupación familiar de nacionales de terceros estados”, según ha hecho constar en un informe. El juez encargado del Registro Civil mantuvo el mismo criterio.

Una mafia aconseja y cobra

Las cantidades que se exigen al contrayente que desea obtener la nacionalidad española suelen oscilar entre 8.000 y 15.000 euros, según exponen fuentes judiciales a partir de casos investigados. De esta cifra, en torno a 3.000 ó 5.000 pueden ir a parar al “cónyuge” comunitario. El resto, es para la mafia que los pone en contacto y los aconseja sobre la forma de resolver la cita previa.

En ocasiones, la labor de la red incluye la elaboración de documentos falsos, como se comprobó en abril del año pasado en Tudela. Los peritos del Cuerpo Nacional de Policía detectaron 19 documentos, como certificados de bautismo, traducciones y certificados de asistencia a cursillos prematrimoniales.

También se investigó y demostró que ninguno de los cónyuges convivía en los domicilios que había facilitado.

En aquella ocasión fueron imputadas dos mujeres españolas, quienes se comprobó que se habían casado en corto espacio de tiempo, en tres y dos ocasiones, con varones nigerianos.

Matrimonio mediante engaño

La Ley 15/2005, conocida como del Divorcio Exprés facilita este tipo de picaresca al hacer posible el divorcio a los tres meses de la boda, con lo que una persona puede casarse hasta cuatro veces en un año.

Pero cuando se da una boda de conveniencia el fin no siempre es económico, al menos para una de las partes. En algunos de los casos, el cónyuge español quiere ayudar a la otra persona. Detrás no existe una mafia, pero el cónyuge comunitario es engañado por la persona contrayente, que aprovecha la situación y posteriormente le pide fuertes sumas para obtener el divorcio.