«Leidy fue asesinada y enterrada por alguien de su entorno»
Las Provincias, , 13-05-2010«Su sonrisa y presencia ya no nos acompañan. Apagaron sus sueños, pero lo que no podrán apagar es cada uno de los momentos que compartimos con ella, con la bonita, con esa hermosa persona.» El mensaje fue difundido en internet a través de la edición digital de LAS PROVINCIAS por un familiar de Leidy V. M., la joven de 17 años que desapareció el 1 de junio de 2008 en Benaguasil.
Cuando esta persona escribió el comentario, el 24 de abril de 2010, la policía ya le había confirmado que el cadáver hallado en septiembre de 2008 en un paraje de Macastre corresponde a la menor. Las pruebas de ADN reafirmaron las sospechas de los investigadores de la Policía Nacional.
La joven fue asesinada a golpes. Los forenses determinaron que le aplastaron la cabeza, pero no pudieron precisar con exactitud la edad de la víctima ni la fecha del crimen. El avanzado estado de descomposición del cuerpo dificultó las investigaciones y la autopsia. El asesino de Leidy le quitó la ropa, la tarjeta sanitaria y el pasaporte colombiano antes de enterrar el cadáver a poca profunda. La Guardia Civil encontró un pedazo del sujetador tras cribar la tierra de la fosa. Esta pieza fue analizada de forma minuciosa en el laboratorio de criminalística para localizar al fabricante.
Los agentes realizaron numerosas indagaciones para identificar el cadáver, pero no fue posible hasta que la Policía Nacional obtuvo el ADN de la madre de la menor y cotejó las pruebas biológicas. La mujer se encuentra actualmente en prisión tras ser detenida en el aeropuerto de Barajas con 5.170 gramos de cocaína que llevaba escondidos en el doble fondo de un maletín.
Fue precisamente en la cárcel donde Yenni Z., de 36 años de edad, recibió la trágica noticia: la confirmación de que su hija había sido asesinada. Fuentes cercanas a la reclusa señalaron que la mujer fue arrestada el 26 de diciembre de 2009, cuando viajó a España para interesarse por las investigaciones de la desaparición de su hija.
Yenni y su hija de un año y medio llegaron a Barajas en un vuelo procedente de Cali. «Cabe la posibilidad de que una banda de traficantes se aprovechara de su angustiosa situación y la convenciera para introducir la droga a cambio de una cantidad de dinero», señalaron las mismas fuentes.
Antes de ingresar en prisión, la mujer comentó a sus familiares y amigos su convencimiento de que alguna persona muy cercana a su hija podría estar implicada en el crimen. Una sospecha que comparten otros familiares de la víctima que residen en Torrevieja y Madrid. «Mi sobrina fue asesinada y enterrada por alguien de su entorno», asevera un pariente cuya identidad prefiere mantener en el anonimato. «La muerte de Leidy ha sido otro golpe muy duro para la familia. Su padre también murió de forma violenta en Colombia a manos de una banda», añade la misma persona.
Mientras los amigos y primos de la menor colombiana conjeturan sobre el móvil del crimen y lamentan la pérdida de Leidy, la Policía Nacional continúa realizando indagaciones para esclarecer el asesinato. Una de las pistas investigadas fue otro mensaje difundido a través de la edición digital de LAS PROVINCIAS. Un internauta llamado Lucas comentó la posibilidad de que la extraña desaparición de la menor estuviera relacionada con una venganza por una deuda contraída por el padrastro de Leidy.
La observación fue realizada el 19 de agosto de 2008 tras publicar este periódico una noticia que reflejaba una sospecha de la madre de la joven colombiana. «Mi hija puede estar retenida en algún local por una red de prostitución», afirmó en aquel entonces Yenni.
El comentario resumido del tal Lucas era el siguiente: «Hola Yenni y Omar, sintiendo mucho la desaparición de su hija con la que he compartido varios momentos de mi vida, no guardo ningún rencor, pues lo hijos no deben pagar la mala cabeza de los padres. Espero que a la niña no le haya pasado nada por la mala voluntad que tenéis. Os recuerdo que hay una persona española que aún paga una deuda que vosotros le habéis dejado, y un chico al que le habéis robado dinero. Dios no castiga con palo, pero espero que esa maravillosa personita se encuentre bien. No hizo nada a nadie, pero los padres igual sí. Espero Omar que no vuelva a engañar para que no llegue alguien y quiera hacer daño a tu familia».
(Puede haber caducado)