El Estado de Arizona ha aprobado una ley que exige a la policía solicitar documentos de identidad a cualquier persona que despierte sospechas de estar en los Estados Unidos ilegalmente.

El Gobierno federal desde Washington podría impugnar la nueva ley, que ha recibido críticas del presidente Obama y del Secretario de Justicia que ha señalado que podría dar lugar a abusos. Estas críticas y preocupaciones son oportunas y pertinentes.

Se entiende que se criminaliza la migración, se promueve la persecución, la denuncia y el acoso al inmigrante, además, podría promover sentimientos antirracistas y confrontaciones interraciales.

Por otro lado, los efectos serían graves para la ubicación laboral, propiciando abusos producidos por la clandestinidad en que deberían trabajar los inmigrantes sin documentos y, si se produce la deportación, se atentará contra la unidad familiar.

Por todas estas razones, la mencionada ley atenta contra los derechos humanos y deja claro que algunos piensan que el mundo no es para todos. Ojalá el presidente Obama proponga y consiga la aprobación de una reforma migratoria justa y satisfactoria para los inmigrantes y el país que los acoge.