La crisis económica ha tenido una especial incidencia en la evolución de la población en España al empujar a retornar a sus países de origen a miles de inmigrantes. Esa circunstancia ha incidido de manera clara en que el crecimiento de la población en el último año fuese inferior al de ejercicios anteriores, aumentando solo un 0,4%, con 205.725 nuevos inscritos.

En total, el conjunto del Estado se acerca a los 47 millones de habitantes, al contar, según el avance del padrón difundido ayer por el INE, con 46.951.532 residentes. De ellos, 5.708.940, es decir, el 12,2% de la población, no cuentan con nacionalidad española, apreciándose un incremento de 60.269 extranjeros inscritos durante el último año. Pero si en el último padrón la llegada de inmigrantes crecía en un 6,3% respecto al ejercicio precedente, en el que se ha divulgado ahora dicha evolución volvió a ser positiva pero reflejando una subida de solo el 1,1%.

Retornos masivos

La incidencia de la crisis y la destrucción de empleo, además de la puesta en marcha de políticas destinadas a incentivar el retorno de inmigrantes, han propiciado que la colonia de Ecuador haya disminuido en el último año en nada menos que 26.357 residentes, que la de Bolivia haya tenido 20.079 bajas, o que la de Argentina caiga en otras 11.713 personas, circunstancia que también se ha dado entre los naturales de Colombia y Brasil.

Solo Asturias y Castilla y León experimentan descensos en sus padrones de habitantes respecto al año anterior, pero el resto de las autonomías reflejan crecimientos mucho menores que los del 2008. Salvo Ceuta y Melilla, ningún otro territorio logra en esta ocasión incrementos de su padrón por encima del 1%, cuando tan solo un año antes dicho guarismo era superado por 14 comunidades, incluidas las dos ciudades autónomas. Como ocurre en el caso de Galicia, Aragón y La Rioja apenas ven variar su población.