“Queremos cambiar la idea que el inmigrante es un peligro”. Quien se lo propone no es un defensor de los derechos de los inmigrantes en Arizona, sino en Tabasco, un estado del sur de México. Rubén Figueroa vive cerca de las vías del tren en San Manuel y ofrece refugio y comida a centenares de inmigrantes centroamericanos que año tras año atraviesan México para conseguir su sueño americano.

“Siempre nos han dicho a través de la televisión que en el tren trafican con drogas y armas, pero eso es mentira. En el tren van cientos de seres humanos, de gente que sufre. Desde que salen de sus casas debido a la pobreza extrema, el viaje hacia el norte es una pesadilla, un infierno. Pero lo hacen por el bienestar de sus familias”, explica Figueroa.

La organización denuncia los abusos generalizados que sufren los inmigrantes centroamericanos, muy documentados por los medios, pero ignorados hasta junio pasado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH). Las más vulnerables son las niñas y las mujeres : seis de cada diez sufren violencia sexual y los traficantes las obligan a menudo a administrarse una inyección anticonceptiva antes del viaje para evitar que se queden embarazadas aunque sean violadas.

Con esos datos escalofriantes en la mano, AI pide a las autoridades mexicanas que actúen para proteger los derechos de los inmigrantes indocumentados y prevenir y castigar los abusos, “tanto si los cometen bandas delictivas como si son obra de funcionarios públicos” subraya el investigador Rupert Knox.

AI recomienda reformas legislativas que garanticen el acceso a la justicia de los inmigrantes , la compilación y publicación de datos sobre los abusos que sufren yel castigo de los responsables.

Imposible de calcular su número, los inmigrantes centroamericanos se cuentan por centenares de miles. El año pasado fueron detenidos por los funcionarios de migración 64.000 personas procedentes de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, según la CNDH.

El estado mexicano de Chiapas es el único que tiene una Fiscalía especial, con algunos avances, según AI, pero falta, por ejemplo, una base de datos con las denuncias presentadas por familiares de desaparecidos para cotejar con las víctimas enterradas en fosas comunes.

Esta ley, que varias organizaciones de derechos humanos estadounidenses contemplan denunciar ante los tribunales por racista, criminaliza a los inmigrantes indocumentados y los hace aún más vulnerables en ese país, adonde la miseria y la injusticia les ha impulsado a emigrar.