EDITORIAL: 'El PP de Badalona recurre al racismo'
El Periodico, , 27-04-2010La cortina de humo de disculpas que ha corrido el PP para atajar la crisis abierta en Badalona por un folleto xenófobo, editado por el líder del partido en la ciudad, Xavier García Albiol, que empezó a repartirse el domingo, apenas puede velar la realidad: los conservadores se han dejado arrastrar hasta el resbaladizo terreno del racismo descarnado. Se mire por donde se mire, vincular inmigración con inseguridad puede ser tan rentable electoralmente, como deleznable en el seno de una sociedad democrática avanzada. Proceder de idéntica forma con la comunidad gitana de origen rumano, convertida en referencia genérica de comportamientos incívicos, no es más defendible.
Justamente porque se trata de comportamientos opuestos al respeto a las personas –inmigrantes o no– y que dañan la cohesión social, resulta incomprensible que la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, se entregara alegremente a repartir los folletos de García Albiol. Sus disculpas posteriores carecen de credibilidad. Y se antoja fuera de registro que el portavoz del PP, Esteban González Pons, invoque «problemas de convivencia extremadamente graves» para poner sordina a la campaña xenófoba. Simplemente, con haber atado corto al concejal de Badalona, conocido por su extremismo gesticulante, se hubiese podido evitar la cadena de despropósitos y el partido se habría ahorrado excusas de mal pagador.
¿Acaso el daño causado se desvanecerá como por ensalmo gracias a las disculpas ofrecidas por el PP? Cabe dudar de ello. En el seno de una sociedad que recurre con frecuencia al principio de difama que algo queda, no es en absoluto descartable que el folleto pergeñado por García Albiol, la presencia en la calle de este y el apoyo de Sánchez Camacho hayan convencido a algunos ciudadanos de Badalona de que la ciudad vive una situación límite. Lo cual significa que el autor del disparate habrá cubierto su primer objetivo: cimentar su programa político en la tensión social.
No se trata de negar los problemas derivados de la diversidad –Badalona los tiene como tantas otras ciudades–, sino de afrontarlos sin exclusiones ni estridencias. El Ayuntamiento de El Vendrell, con el apoyo del PP, sometido a la presión de Plataforma per Catalunya, tan racista como el folleto de García Albiol, ha demostrado que es posible aplicar recetas conservadoras a los problemas sin alentar el odio al extranjero.
(Puede haber caducado)