Una mujer se prostituía por miedo al vudú

Las Provincias, REDACCIÓN | VALENCIA., 26-04-2010

Una pareja de africanos utilizó el vudú como quien usa un arma. Y ambos apuntaron con ella a una mujer para que se prostituyera y después, puntualmente, les entregara hasta el último euro que de sus ingresos. Esta pareja fue detenida por la Policía Nacional después de que la víctima, muy asustada, les denunciara después de pasarse cuatro días escondida entre naranjos.

D. J. I., un hombre de 29 años natural de Gambia, y B. O., una mujer nigeriana de 23, resultaron detenidos como presuntos autores de un delito relativo a la prostitución, inmigración ilegal y asociación ilícita.

La mujer fue captada hace cerca de un año en Nigeria. Allí la convencieron para que viajara a España a trabajar como prostituta y que para ello tenía que pagar 50.000 euros. Una vez llegaron a un acuerdo, la pareja, conocedora del miedo de la joven nigeriana a este tipo de ritos habituales en el país centroafricano, sometió a su víctima a un ritual de vudú.

Una muestra de las uñas de las manos y de los pies, así como otra de pelo de diferentes partes de su cuerpo, además de la ropa interior, fueron suficientes para amedrentar a la chica, una garantía para cobrar la deuda y evitar que se atreviera a denunciarlos a la policía.

La joven, a cambio, recibió documentación falsa que le permitió viajar a España. D. J. I. la recibió en Castellón y la condujo al céntrico piso donde vivía con B. O. Ambos la convencieron de que todo lo que ganara debería dárselo a ellos a cambio de la deuda contraída, la casa y la comida.

Por si el vudú y las amenazas no fueran suficientes, la pareja la golpeaba para aumentar el temor de la joven, obligada a salir de casa únicamente para trabajar. La hica llegó incluso a recibir amenazas de muerte por si acudía a la policía a denunciarlos.

La violencia fue en aumento a medida que fue pasando el tiempo. Todo dinero entregado parecía poco para el hombre y la mujer que la coaccionaban. La víctima llegó a recibir la exigencia de regresar cada día al piso con un mínimo de 100 euros. Si no, era golpeada. Para poder satisfacer las exigencias de las personas que la tenían dominada, la chica llegó a estar más de 14 horas en la calle para conseguir esa cifra.

Las palizas siguieron pese a que la víctima llegó a abonar más de 10.000 euros desde que llegó a Castellón. A la mujer no le quedó otra salida que escaparse. La chica, aterrorizada, permaneció cuatro días escondida entre campos de naranjos. Al final se atrevió a entrar en una comisaría y denunciar a sus violentos e ilícitos compañeros de piso. Tras la investigación, la policía detuvo a la pareja.

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