Sus cuatro mujeres van cubiertas con niqab

Francia retirará la nacionalidad a un polígamo

La Razón, 25-04-2010

El Gobierno francés estudia retirar la nacionalidad a un hombre, que se convirtió en francés al casarse en 1999, por polígamo, ya que tiene cuatro mujeres y una docena de hijos con ellas, que además van cubiertas con niqab, un velo islámico que sólo deja a la vista los ojos.

El ministro del Interior, Brice Hortefeux, escribió ayer al titular de la cartera de Inmigración, Eric Besson, para instarle a que analice las condiciones para retirarle la nacionalidad “si se confirman esos hechos”, lo que incluye la sospecha de que las cuatro mujeres reciben ayudas sociales en tanto que familias monoparentales.
      

Hortefeux tomó esa decisión en pleno debate sobre la prohibición en Francia del velo integral, sólo unas horas después de que una mujer de 31 años que se presentaba como la esposa del hombre en cuestión denunciara ayer haber sido multada por conducir con niqab.
      

Esa mujer, que dice llamarse Anne y haberse convertido al islam, señaló haber iniciado un procedimiento para que se le anule esa multa de 22 euros que le impusieron el pasado día 2 en el centro de la ciudad de Nantes (oeste de Francia) dos policías que le reprocharon conducir con niqab, ya que según los agentes disminuía su campo de visión.
      

Anne convocó una conferencia de prensa en una tienda de venta de carne y ultramarinos de H.L., aparentemente el marido polígamo que además – según Hortefeux, pertenece al Tabligh, un movimiento musulmán integrista – y eso desencadenó la iniciativa gubernamental.
      

“Le Parisien”, que publicó la foto de la pareja, señaló que H.L. llegó muy joven a Francia de Argelia, su país de origen, y que adquirió la nacionalidad por el matrimonio.
      

Este giro del episodio de la multa por llevar niqab, en caso de confirmarse, podría servir a los intereses del Ejecutivo conservador, que el pasado miércoles anunció que en mayo va a presentar un proyecto de ley para prohibir el velo integral (burka) en los espacios públicos.
      

El argumento principal del presidente Nicolas Sarkozy para justificar esa prohibición general de un signo de carácter religioso es que se trata de prendas de vestir que atentan contra la dignidad de la mujer.

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