RAMÓN MARTÍNEZ LLORT HERMANO DEL JOVEN ASESINADO EN TUDELA

"Es difícil valorar la vida de mi hermano en años de cárcel, pero queremos justicia"

Su hermano Javier murió el 11 de abril a los 32 años tras ser atacado por tres personas que están detenidas como presuntos autores. Ahora, Ramón sólo piensa en salir adelante con su familia y quiere agradecer el apoyo recibido - "Si hubieran sido tres de aquí no hablaríamos de inmigración. Hay que diferenciar el hecho en sí, un acto sin justificación" - "No he visto la cara de los presuntos autores, me quiero centrar en superar la pérdida de Javier. Nos esperan tiempos difíciles" - "Queremos justicia, pero sobre todo que esto no le vuelva a pasar a nadie, a nadie, porque no tiene razón de ser"

Diario de Navarra, JESÚS MANRIQUE . TUDELA, 24-04-2010

Han pasado apenas 15 días desde el crimen que acabó con la vida del joven de Tudela Javier Martínez Llort a los 32 años y su hermano Ramón, dos años y medio mayor que él, no puede ocultar en su rostro el cansancio y la tensión acumulada. Han sido dos semanas muy intensas y, aunque muy a su pesar, Ramón ha sido un ejemplo de tranquilidad y cordura en días tan difíciles.
Pocos olvidan sus declaraciones a este periódico en las que el mismo día de conocer la detención de los tres presuntos autores, todos ellos argelinos, aseguró que no podía admitir que por la actuación de 3 magrebíes se condenara a 100.

Javier Martínez Llort era ingeniero en la empresa de Fustiñana Proinso y tenía previsto casarse el año que viene con su novia Lorena Madurga Nuño, de Ribaforada. Ambos vivían en Tudela.

Ahora, en la mente de Ramón se mezclan los sentimientos de agradecimiento por los innumerables apoyos que ha recibido la familia con el temor a la vida que ahora comienza y, sobre todo, a la llegada del juicio que les hará recordar todo lo sucedido. Se le nota abatido, pero sigue manteniendo sus ideas claras.

Ramón Martínez Llort está casado con la riojana de Rincón de Soto Laura Pardo Pascual y tiene una empresa de fontanería. Tiene una hermana menor, Esther, y es hijo de Juan Ramón, fallecido hace más de 20 años, y Esther.

Han sido unos días muy intensos para toda su familia. ¿Cómo se encuentran?

Todo el mundo ha estado a la altura, sobre todo los más cercanos, mucha gente que esperábamos y mucha otra que no. Si para algo nos ha servido esto es para darnos cuenta de que somos una familia querida y que tenemos un montón de amigos. Y, sobre todo, que a mi hermano lo querían muchísimo.

Muchos recuerdan sus declaraciones pidiendo calma y que no se culpara a toda la Comunidad Islámica por la actuación de tres personas.

Tengo un amigo muy especial que se llama Nabil. He trabajado con él, es una bellísima persona que lucha por adaptarse y que con su trabajo y esfuerzo se ha ganado un futuro en este país. Cuando hablaba de todo un colectivo pensaba especialmente en él, porque creo que hay muchos más como Nabil.

Fueron unas afirmaciones que sorprendieron, sobre todo por el momento en el que las hizo, y que sirvieron para aportar calma.

Yo, como todo el mundo, veo muchas cosas que están mal y que habría que arreglar. La gente ahora está más preocupada porque la vida está peor y nos cuesta entender que haya un inmigrante con trabajo y que nosotros no lo tengamos. Y luego nosotros tenemos una estructura social que si te quedas sin trabajo o pasa algo recurres a tu familia o amigos. Pero esta gente viene aquí y están solos. Lo que hay que hacer es integrarlos para que no se creen guetos. Muchas veces nos reímos de los americanos, que tienen colonias italiana, irlandesa, china… Pero todos se sienten estadounidenses y hasta que no logremos eso aquí yo pienso que no tenemos nada que hacer porque la inmigración no tiene marcha atrás.

Condena musulmana

La Comunidad Islámica reaccionó rápido condenando lo sucedido, no sólo en Tudela, sino también en Pamplona. Y acudió a la concentración.

Después de nosotros, la familia y amigos, yo creo que son los más afectados porque la gente les mira con recelo. Tienen una cultura muy diferente y han estado un poco en el punto de mira, pero los que hicieron esto fueron tres tíos. Si hubieran sido tres de aquí no estaríamos hablando nada de inmigración. Lo que hay que diferenciar es el hecho en sí y analizarlo en sí mismo sólo como un acto violento y sin justificación.

La policía también destacó la colaboración del colectivo magrebí en el esclarecimiento de este caso.

Tengo conocimiento de que ha habido gente, en concreto argelinos, que han colaborado para coger a estos tres individuos y es para estar muy agradecido porque la verdad es que reconforta. Gracias a ellos y a la policía los han podido detener y eso ayuda mucho a la familia.

El día de la manifestación se vio una imagen muy bonita cuando un inmigrante magrebí le fue a dar el pésame y estuvo hablando unos minutos con él.

Yo sólo lo conocía de verlo por la calle y vino a darme el pésame, pero la verdad es que no ha sido el único en estos días. Me ha tocado encontrarme con mucha gente musulmana y sin conocerlos han venido a decirme que lo sienten, que no se identifican con lo que ha ocurrido, que quieren el mayor castigo, y que agradecen mis palabras.

Sobre los detenidos

Hay tres detenidos como presuntos autores. ¿Qué le viene a la cabeza?

Si le digo la verdad, no he visto sus caras y por ahora no quiero verlas. Primero me quiero centrar en superar la pérdida de mi hermano porque nos esperan tiempos difíciles. Es difícil valorar la vida de una persona en años de cárcel. Sólo tengo confianza en los jueces, como la he tenido en la policía, los médicos y en la propia gente, pero queremos justicia.

¿Duele más pensar que fue una casualidad, que no hubo motivo y que le tocó a su hermano?

Yo no creo que haya sido una casualidad. Mi hermano tenía un teléfono muy bueno del trabajo y aquel día llevaba el personal. Yo pienso que en algún momento le habían visto porque hay gente que lo que hace es controlar quién pasa, ver si llevas móvil, una cadena de oro o si sacas dinero para el día que te ven, pues…

Concentración masiva

La manifestación del sábado fue impresionante. Nunca se había movilizado tanta gente en Tudela y se apreció un sentimiento de ciudad y una unión casi desconocida hasta ahora.

Tenemos el tiempo ocupado y siempre nos cuesta implicarnos, pero la gente salió a la calle desde el primer día y nos mostró su apoyo. Si tengo algo presente cuando recuerdo a mi hermano es lo muy de Tudela que era: de sus fiestas, sus calles, sus bares, sus pinchos… Y, sobre todo, de su gente. Y claro, ver la plaza llena como si fuera el día del chupinazo, que para mi hermano era el día más grande del año por encima de todas las cosas, reconforta. No tiene nada que ver, pero reconforta ver a toda la gente haciendo un homenaje precioso a mi hermano.

Había gente llegada de toda la comarca.

Es verdad. Vi gente de Soria, muchísima de la Rioja, porque mi mujer es de Rincón de Soto… Yo llevó 20 años pinchando como Dj en muchos pueblos y vino gente de toda la Ribera. Cuando subí al tablado y vi la plaza… Me quedo con esa imagen, ese silencio y con las caras de la gente. Eran de dolor, de que nos acompañaban en el sentimiento. Y a mucha gente no la conocía de nada. Pero me han venido con lágrimas en los ojos a decirme que lo sienten y a darnos su apoyo.

Fue un homenaje de Tudela, pero también de la familia y los amigos… Fue impresionante verlos aguantar en el tablado.

Esos momentos sólo se pueden aguantar cuando tienes tanto apoyo de la gente. Cuando el mensaje es importante hay que hacerlo con decisión.

Además, insistieron en que era silenciosa, para pedir justicia y por una Tudela mejor, sin ningún tipo de revancha.

Eso se dejó claro desde el primer momento de la convocatoria. Queremos justicia, pero sobre todo que esto no le vuelva a pasar a nadie, a nadie, porque no tiene razón de ser. Esto no puede volver a pasar y si se puede poner algún medio siempre se puede mejorar todo. Pero sigo insistiendo en que la culpa la tienen tres individuos.

Mensajes de apoyo

También hubo miles de mensajes de condolencia y apoyo a través de Internet.

Soy consciente de la cantidad de mensajes que hay, pero, al igual que con los detenidos, no los he querido ver. Todavía no he tenido el valor de leerlos. Voy poco a poco y los guardo porque no sé si mañana, dentro de meses o de un año, buscaré el momento de leerlos y coger fuerza.

El comportamiento de sus amigos, al igual que el de la familia, fue ejemplar.

Ha sido impresionante. Los amigos han estado ahí, han ayudado en la investigación, se han ocupado de todos los trámites para la concentración… Ellos, entre todos, escribieron el texto que se leyó en la plaza. Son gente de un nivel humano y de amistad impresionante. Se lo han pasado tan bien y han visto tanto mundo juntos… Han estado a una altura increíble. La familia, al principio, estábamos centrados en lo que pasó, en que se moría, en donar sus órganos… Y ellos ya estaban hablando con el ayuntamiento, la policía… Ahí se demuestra cómo es esta cuadrilla y cómo se quieren todos entre ellos.

¿Teme que todo esto se olvide pronto?

Vivimos en una sociedad en la que nos bombardean con muchas noticias muy conmovedoras a diario y tenemos una memoria corta. Tenemos pensado hacer algún acto en recuerdo de mi hermano, nada ostentoso, sin buscar nada más que el recuerdo y que no se olvide.

¿Qué mensaje puede dar a los tudelanos?

Que su apoyo nos ha sustentado en estos días tan difíciles. Mi mensaje es de agradecimiento de corazón. Que guarden en la memoria lo que ha pasado para que no vuelva a ocurrir y, sobre todo, que Tudela es la mejor ciudad.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)