“Usamos los paraguas para protegernos del aumento de la tempestad del racismo y de la xenofobia, pero apostamos por mojarnos por un trabajo hacia una sociedad más justa”. Cientos de personas marcharon ayer desde Trintxerpe hasta el Boulevard donostiarra con los paraguas abiertos. Un año más, SOS Racismo, junto con otras ONG de Gipuzkoa, llevó a cabo una caminata en contra del racismo y la xenofobia bajo el lema Mójate. Iguales Derechos, Humanos diferentes, que comenzó a las 11.30 horas y finalizó casi dos horas después.

Cuando terminó el acto, miembros de SOS Racismo leyeron un comunicado en el que denunciaron que “sin duda, arrecia el temporal de racismo y xenofobia”. Niko Elizondo, presidente de la organización en Hernani, explicó que debido a la crisis los inmigrantes tienen una necesidad ingente de trabajo, “tanto para vivir como para conseguir papeles”. Asimismo, consideró que la propia situación económica puede llegar a provocar “racismo social e institucional”.

En su discurso, los miembros de SOS Racismo denunciaron las dificultades que ponen algunos ayuntamientos para conseguir el empadronamiento. “Encontrarse sin papeles no es un delito y tal y como están hoy las leyes, empadronarse es un trámite indiscutible, indispensable y obligatorio para poder acceder a derechos humanos tan elementales como la asistencia sanitaria, la educación o las prestaciones sociales”, afirmaron.

De igual manera quisieron criticar “las ordenes secretas del Ministerio del Interior”, que reclaman a la Policía “que agilice la expulsión exprés de inmigrantes sin papeles, condenando así a una mayor clandestinidad a miles de personas”, al tiempo que exigieron a los partidos políticos que renuncien a “unos cuantos votos azuzando los miedos” de unos contra otros. “Convertirse en portavoces de esos miedos los convierte en temibles”, aseguraron.

motivos

Un mundo de realidades

La motivación que llevó a cada uno de los asistentes a participar en el acto fue distinto, aunque todos coincidieron en que “conocer a otra gente” y “otros casos” siempre es provechoso. Así lo afirmaba Glaimina, procedente del Sáhara. Lleva más de un año en Gipuzkoa y acudió a la marcha por que unos amigos la avisaron del acto. Junto con Glaiminia se encontraba Ebnu, otra saharaui. Al igual que su amiga, remarcó la importancia de la caminata, aunque apuntó que en sus once años en Euskadi nunca ha tenido un problema de tipo racial. “Hay quien piensa que aquí la gente es racista, pero no es verdad”, aseguró Ebnu.

“Vine aquí cuando se me terminó el trabajo en mi país”, explicaba Cristina Isabel, una nicaragüense residente en Lasarte-Oria. Cuando vino, hace cinco años, tuvo problemas con “los papeles” porque en el padrón no le reconocía la fecha de entrada al país. “Por ese camino que yo pasé pasarán otros, y peor”.

Algunos vienen por trabajo y necesidad, pero también hay quien viene por otros motivos. Ángel conoció a una vasca en su país natal, Ecuador. “Ella estuvo en mi país y yo he venido a conocer el suyo”, aseveró, al tiempo que agregó que marchas como las de ayer sirven para “socializar” los problemas de los inmigrantes .