BARCELONA – No importa que delante tenga a vecinos del Eixample, a jubilados o a un grupo de empresarios barceloneses, como era el caso de ayer. El presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, sostiene con orgullo las banderas del orden y la seguridad y no tiene complejos a la hora de articular un discurso «políticamente incorrecto». En la conferencia que ofreció durante la comida – coloquio organizada por la Cámara de Comercio de Barcelona, Fernández avisó de que el impulso de políticas sociales que sólo benefician a los inmigrantes abre grietas en la convivencia y favorece el apoyo popular a partidos de ultraderecha.

Abordar el fenómeno de la inmigración desde un discurso buenista provoca «brotes de incomprensión en forma de partidos de ultraderecha», advirtió. Con este aviso, Fernández quiso hacerse eco de las encuestas que  han salido en la Prensa, donde se pone de manifiesto que Plataforma x Catalunya podría tener representación parlamentaria. Sin miedo a que le llamen xenófobo, «porque no lo soy», insistió en que los inmigrantes han de tener derechos y deberes. Y, siguiendo esta tesis, animó a los extranjeros a seguir la máxima de «allá donde fueres, haz lo que vieres».

Diagonal con tranvía sí o sí
Fernández pronunció un discurso a empresarios para empresarios, a quienes invitó a participar en la gestión del Ayuntamiento de Barcelona. «No tiene sentido que el gobierno municipal gestione aparcamientos, tenga un hotel de lujo –Miramar– y un viñedo –Can Calopa–», protestó. Abogó por «poner a dieta a la “Casa Gran”» y en un alarde de generosidad le recetó «más sociedad y menos y mejor administración».

Fernández no pasó por alto el tema de moda en Barcelona, la reforma de la Diagonal. En el pleno de hoy, pedirá que se aplace la consulta, porque, aunque apoya la reforma, no está de acuerdo con que si quieres una nueva Diagonal sí o sí deba integrar el tranvía.