Los ciudadanos que expresan un punto de vista más negativo sobre los extranjeros son los que residen en municipios menores de 10.000 habitantes, donde el 56,1% cree que se trata de un fenómeno malo para Catalunya.

Las críticas son más elevadas en porcentaje entre los catalanes con un nivel de estudios más bajo, mientras que los que acreditan estudios superiores creen, en un 55,8%, que la inmigración es un hecho positivo.

Por edades, los encuestados mayores de 60 años son, con diferencia, los que tienen una opinión más negativa del fenómeno. En esta franja, solo un 23% expresa una valoración favorable a la presencia de ciudadanos extracomunitarios en Catalunya. Las mujeres son cinco puntos más críticas que los hombres.

Entre los que censuran más contundentemente la actuación de los gobiernos en esta materia, cabe destacar a los jóvenes y a los ciudadanos de 30 a 44 años, juntamente con los que en el 2006 votaron al PP o a CiU. Entre el tripartito, los seguidores de ERC son los más descontentos con la gestión de las administraciones.