Miles de inmigrantes pidieron ayer a Obama que se ocupe de la reforma migratoria. Con pancartas que decían «Congreso actúa. Reforma migratoria ya» o «No más familias separadas», los inmigrantes, la inmensa mayoría de ellos hispanos, participaron en la Marcha por América que finalizó frente al Capitolio.

Los organizadores de la manifestación no podían adivinar que habían elegido el peor día posible. Y es que ayer en Washington y en el resto de EE.?UU. solo se hablaba de la reforma sanitaria. Y eso es una muestra de la situación en la que está el asunto migratorio.

Obama prometió primero que habría una reforma migratoria en sus cien primeros días y después amplió el plazo al primer año de mandato, ambos plazos se han cumplido sin que si hiciera nada. La reforma de salud ha ocupado al Gobierno y al Congreso. Y si no, ha sido la mala situación económica o las guerras de Irak y Afganistán. Los problemas de los inmigrantes están en un lugar mucho más bajo de la lista de prioridades. En un mensaje a los manifestantes, Obama se comprometió a poner todo de su parte para lograr una reforma migratoria «este año».

Los problemas de este colectivo son muchos. Desde los entre diez y doce millones de personas sin permiso legal que se calcula que viven y trabajan en Estados Unidos hasta la ley que permite deportar a personas sin visado a su país de origen aunque tenga hijos estadounidenses que permanecen en el país.