El chico que murió en el incendio de un camión había sido expulsado de España

Diario Sur, JUAN CANO, 20-03-2010

Era su segundo intento. Esta vez, trató de hacerlo como polizón en los bajos de un camión. Estuvo a punto de conseguirlo. De hecho, ya había cruzado todos los controles fronterizos y se encontraba en suelo español. Pero un incendio fortuito en el motor del vehículo acabó con su sueño, y con su vida.

Los bomberos encontraron su cuerpo carbonizado bajo la cabina hace ocho días. Desde entonces, la policía ha trabajado en la identificación del fallecido, que no llevaba encima ningún documento personal. Los investigadores sólo manejaban una evidencia: era inmigrante.

La necrorreseña – toma de las impresiones dactilares del cadáver – ha resultado clave en el proceso. Al introducir sus huellas en la base de datos policial los agentes encontraron una coincidencia. El finado era un joven de 21 años de nacionalidad marroquí.

Prohibición de entrada

En los archivos policiales le consta una detención por estancia irregular, lo que motivó la apertura de un procedimiento de expulsión. Finalmente, el joven fue devuelto a su país de origen con la prohibición aún vigente de volver a entrar en el territorio nacional.

En el levantamiento del cadáver los agentes ya obtuvieron una pista que indicaba que el fallecido había estado antes en España. Entre los efectos que portaba hallaron una cartilla de un banco español.

Las pesquisas policiales apuntan a que este fue su segundo intento. En esta ocasión se supone que se coló en Tánger en el hueco entre la rueda y el motor de un camión que transportaba textiles procedentes de Marruecos.

El joven logró pasar varios controles en su escondite. Primero en Tánger, y después en Algeciras. «La policía inspeccionó el camión con perros. Lo revisaron todo, pero no encontraron nada extraño», relataba a SUR hace unos días el conductor, que se dirigía a Alemania.

El suceso ocurrió a la altura de Benalmádena. El chófer se percató de que salía humo del motor y detuvo su coche en el arcén de la autovía A – 7. Al bajarse del vehículo escuchó a alguien que pedía ayuda. Fue en busca de un extintor e intentó controlar el fuego. Observó que los gritos cesaron. No así el incendio.

Cuando los bomberos lograron sofocar las llamas, la cabina ya estaba calcinada. Los agentes de la policía y de la Guardia Civil que se encontraban en el lugar creyeron en un primer momento que el inmigrante había conseguido huir durante el incendio y que se perdió, campo a través. Pero cuando levantaron el motor, encontraron su cadáver.

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