Sociedad. La fiesta nacional de la República Dominicana llena de color y música los alrededores de Cuatro Caminos mezclada con el tradicional carnaval de la isla caribeña, con un abigarrado pasacalles y 5.000 asistentes, según los organizadores El barrio de Tetuán, o pequeño Caribe de Madrid – tal y como lo llaman los residentes inmigrantes – , se convirtió ayer en una inmensa fiesta carnavalesca por cortesía de la comunidad dominicana. Una enorme multitud ocupó desde las 15.00 horas la calle Bravo Murillo y fue desfilando sin demasiada prisa desde la glorieta de Cuatro Caminos hasta la plaza de la Remonta.

El motivo del festejo era que se celebraba la fiesta nacional de la República Dominicana, en realidad el sábado pasado. Los inmigrantes de esa nacionalidad que viven en la capital decidieron conmemorar con una gran marcha el 166º aniversario de la independencia de su patria. Además, la fecha coincidió con el día grande del carnaval en la isla caribeña, con lo que la multitud que ayer tomó el barrio de Tetuán combinó ambas celebraciones en un gran desfile patriótico que se movía al ritmo de la música merengue.

El ambiente era decididamente colorista. A la presencia de innumerables banderas de la República Dominicana se sumaba también la actuación de numerosos artistas vestidos con coloridos trajes y de cinco camiones de apoyo. Los vehículos transportaban en sus remolques descubiertos a docenas de músicos y a más bailarines que animaban a la multitud que se apiñaban a su alrededor. En ningún momento dejó de sonar la música y pocos de los presentes pudieron resistirse a los ritmos caribeños.

El festejo no pasó desapercibido. Los madrileños que pasaban por la zona acudieron al reclamo de las numerosas bandas de música que caminaban en medio de los dominicanos. Y es que el espectáculo no era para perdérselo, encabezando el desfile había también un grupo de majorettes que deleitó a los presentes con una compleja coreografía. A su vez, desde los camiones, los animadores voceaban a través de potentes sistema de sonido una serie de consignas con objeto de enfervorizar aún más al personal. Los mensajes hacían hincapié en el orgullo de ser dominicano tan lejos de su casa.

La fiesta recordó a otras similares que se repiten todos los años en otras ciudades del mundo donde la comunidad dominicana es importante, como es el caso de Nueva York. A pesar de que Madrid alberga una población de 25.000 inmigrantes originarios de este país, la de ayer fue la primera marcha que celebran para festejar su fiesta nacional. Sin embargo, en vista del éxito cosechado – los organizadores hablan de 5.000 asistentes – , se espera que el desfile vuelva a repetirse el año que viene.

El acto concluyó a las seis de la tarde en la plaza de la Remonta donde se leyeron varios discursos. El cierre contó con la presencia de varios representantes diplomáticos de la antigua colonia española. El embajador dominicano se felicitó por el éxito de la convocatoria algo que, a su entender, puso de relieve que sus compatriotas “no han olvidado su origen”. A su vez quiso destacar la buena acogida que los madrileños han ofrecido a los dominicanos que han elegido la capital de España para vivir.

Los propios impulsores de la jornada aclararon que su objetivo era el de ensalzar la convivencia entre los inmigrantes y los españoles. De esta forma, consideran que el barrio de Tetuán constituye un espacio único que favorece el intercambio cultural. En ese sentido, lo de ayer no fue más que una muestra de lo que la comunidad dominicana puede aportar a los vecinos de la zona.