Comunitat
«Habría que imputar a los miembros de las bandas por asociación ilícita»
Sebastián R. Inspector de la Policía Nacional experto en grupos emergentes
Las Provincias,
,
28-02-2010
- ¿El fenómeno de las bandas latinas es preocupante en Valencia?
- Es preocupante en todo lugar e independientemente de su grado de desarrollo, puesto que, como fenómeno violento, es negativo. En relación con otras ciudades, sin embargo, no es tan preocupante como para causar alarma.
- ¿Cómo actúa la Policía Nacional para prevenir posibles delitos cometidos por bandas latinas en Valencia?
- Como en cualquier otra modalidad delictiva, puesto que los pandilleros cometen delitos comunes. La base es la prevención, a la que se llega mediante la presencia policial en la calle y la captación de información para análisis de inteligencia criminal que permita verificar desarticulaciones y actuaciones operativas en general.
- Me imagino que trabajan en estrecha colaboración con la Fiscalía de Menores.
- Puntualmente, en casos de especial interés, ha habido una comunicación directa y colaboración muy estrecha. La Fiscalía de Menores de Valencia está muy concienciada con este problema.
- ¿Podemos hablar de que existe una presión policial y judicial para prevenir delitos que puedan cometer estos jóvenes violentos?
- Sí, aunque no diferente a cualquier otro estilo delictivo. No estaría mal, sin embargo, que desde ámbitos legislativos se contemplase esta nueva forma de criminalidad para adaptar las previsiones en cuanto a asociaciones ilícitas.
- ¿Cuántas pandillas suramericanas puede haber en la Comunitat?
- La presión policial, tanto del Cuerpo Nacional de Policía como de la Guardia Civil, ha debilitado a los grupos emergentes hasta hacerlos insignificantes. Muchos intentos de crear pandillas han fracasado en Valencia. La aparición de estas bandas efímeras flexibiliza mucho el fenómeno a la hora de hablar de números, por lo que es más ajustado a la realidad hablar de dos tendencias dominantes, Latin King y Ñetas, y de pequeños grupos o pandillas afines a cada una de ellas, que pueden cometer algunos delitos coyunturalmente.
- En unas jornadas sobre criminalidad en la Universidad a Distancia (UNED) se habló de que en la Comunitat podría haber una decena de pandillas latinas. ¿Está usted de acuerdo con esa cifra?
- No. En realidad se hablaba de Valencia capital y área metropolitana. Y además se hace necesario precisar que el número total no es significativo, puesto que como he dicho anteriormente cada una de las dos tendencias agrupa a varias bandas de menor entidad afines entre sí, sólo de esta manera podría hablarse de dicha cifra. Nunca en el sentido de bandas de estructura sólida, jerarquizada y estable.
- ¿Cómo es el perfil de estos jóvenes?
Jóvenes varones de entre 13 y 22 años básicamente en cantidad decreciente conforme aumenta la edad, de procedencia ecuatoriana, colombiana y boliviana, por este orden, y excepcionalmente de otras nacionalidades. Las mujeres son algo más jóvenes y de las mismas nacionalidades, pero también hay un buen número de españolas, normalmente procedentes de familias desestructuradas o con padres pluriempleados. El fracaso escolar y la residencia en áreas con especial incidencia pandillera son otras características que los definen.
- El absentismo escolar dificulta la integración de estos jóvenes.
- Tanto el fracaso como el absentismo escolar se dan dentro y fuera del ámbito de las bandas, y en general representan una causa de desarraigo social para cualquiera. En el caso de los pandilleros vienen a ser una causa más a sumar. Una vez que están integrados en la estructura de una banda, estos menores suelen ser contrarios a los valores que imperan en nuestra sociedad.
- ¿Cómo deberían actuar los padres que descubren o creen que su hijo forma parte de una banda violenta?
- Las bandas funcionan de forma parecida a las sectas. Sustituyen a la familia, aíslan al individuo y le dan un nuevo cuerpo de valores. La forma adecuada de actuar es mediante la prevención, evitando las carencias familiares y sociales y educando en valores positivos, pero si se detecta que el menor ya ha sido captado, lo inmediato es separarlo de la banda, sustituir en la medida de lo posible sus carencias y, si es necesario para protegerlo, acudir a instancias policiales o judiciales.
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