Barcelona – Un día después de que vecinos y comerciantes de Salt (Girona) achacaran el creciente clima de inseguridad en el municipio a la inmigración –la localidad tiene un 43 por ciento de población extranjera–, un centenar de inmigrantes, la mayoría de origen marroquí, se manifestaron antes el Consistorio.
Los manifestantes protestaban porque sienten atacados por vecinos que los señalan como culpables de que hayan aumentado los robos en el municipio. Paralelamente, la alcaldesa de Salt, Iolanda Pineda, reclamó nuevamente, «recursos excepcionales para una situación excepcional». La alcaldesa explicó que necesitan el apoyo de «todo el mundo» –políticos, vecinos e inmigrantes– para buscar una salida al conflicto, y reiteró la necesidad de lograr una voz conjunta para exigir recursos al Gobierno y a la Generalitat. «Debemos pensar muy bien qué pedimos a cada conselleria», dijo, tras señalar que la situación «especial» de Salt debe abordarse de forma transversal, del ámbito del trabajo al educativo, pasando por la justicia. Reiteró que cada municipio tiene problemas «particulares» y llamó a las administraciones a buscar soluciones específicas para aquéllos que tienen un elevado porcentaje de inmigrantes. Igual que el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, llamó a luchar contra los delincuentes multirreincidentes con un cambio de leyes. La multirreincidencia es un detonante del conflicto porque los vecinos acumulan «rabia y frustración».