Un técnico considera al municipio un «vertedero social» Salt

Tras la tormenta, calma insuflada por las administraciones. Es lo que se vivió ayer en el municipio gerundense de Salt, en el que el jueves se vivieron momentos de tensión entre ciudadanos de nacionalidad española e inmigrantes , por el creciente clima de inseguridad que denuncian una parte de los primeros, y de la que acusan a los segundos.

La alcaldesa del municipio, Iolanda Pineda, reclamó unidad para restablecer la convivencia en el municipio. En el mismo sentido se manifestó el conseller de Interior, Joan Saura, así como el presidente de Al – Hilal, una de las principales asociaciones de marroquíes de la ciudad. En el fondo de las declaraciones subyace el temor a nuevos enfrentamientos.

«Serenémonos, porque con esta tensión no se puede trabajar», señaló Pineda. En su opinión, lo ocurrido anteayer «no es representativo de la sociedad saltense». Pineda hizo estas afirmaciones seguramente refiriéndose a dos individuos, un español y un marroquí, que se erigieron espontáneamente a modo de portavoces y se enfrascaron en una mediática pelea a gritos el jueves, ya que ambos, según fuentes policiales, tienen en su haber gran cantidad de antecedentes.

Saura indicó que no se pueden mezclar los problemas de convivencia y la inseguridad, y aseguró que los delitos no han crecido respecto el 2009. El técnico municipal de inmigración, Andreu Bober, apuntó que «aparte de ser un problema, también lo veo como una oportunidad, en el sentido de que se visualizan de una puñetera vez los problemas sociales que hay aquí para ver si de una vez alguien nos hace un poco de caso, porque siempre somos el patito feo y el vertedero social de las comarcas gerundenses».