Inseguridad e inmigración enfrenta a vecinos de Salt
El Mundo, , 26-02-2010El Ayuntamiento aprueba instalar cámaras de videovigilancia Salt
La inmigración amenaza con volver otra vez al centro del debate, esta vez con epicentro en Salt. Lejos de Vic, ya no se trata de quién tiene derecho a empadronarse. Lo que ayer afloró en el municipio gerundense fue la crispación de los vecinos y comercios ante el creciente clima de inseguridad que achacan a la presencia de inmigrantes en las calles. El temor de unos regresó al pleno municipal en forma de recriminación y acabó a las puertas del Ayuntamiento con discusiones subidas de tono. Por la noche, un grupo de inmigrantes , unos 150, marcharon en protesta por el centro de la población, al grito de «policías racistas» y «no somos ladrones».
La de anoche fue una manifestación espontánea, iniciada cuando un grupo de jóvenes comenzó a gritar en la plaza estar «hartos» de ser víctimas del racismo y de que la policía los identifique, una actividad que se ha incrementado en los últimos días en la zona centro del municipio. La policía vigiló la manifestación a una distancia prudencial y sin intervenir, pero fue el centro de las críticas. El diálogo entre un mediador municipal y los líderes de las comunidades inmigrantes logró calmar los ánimos de los manifestantes, que abandonaron la protesta media hora después de iniciarla.
La crispación vivida ayer en Salt – como la que ya apareció en la noche del lunes – surge de un cóctel complejo. Por un lado la grave crisis económica y un paro que se encarama al 17% de la población. Por el otro, el creciente peso de los inmigrantes , que copan casi el 40% de la población. Una parte de los vecinos, los que se consideran de toda la vida, reclaman más policía en las calles, más medidas de seguridad y un endurecimiento del Código Penal.
Hasta el momento no parece que la calma esté próxima. Asociaciones de comerciantes y vecinos han anunciado que estudian convocar una manifestación para reclamar mayor seguridad y el colectivo inmigrante también ha anunciado que se movilizará en respuesta a los insultos recibidos.
Si el lunes 300 vecinos hicieron suspender el pleno gritando consignas en esta línea, ayer finalmente se pudo celebrar, pero con altercados dentro y fuera de la sala de plenos. Curiosamente, el lunes pasado los vecinos interrumpieron un pleno en el que se debían aprobar importantes partidas económicas encaminadas a aumentar la seguridad. Entre éstas, la contratación de tres nuevos agentes de la Policía Local, la instalación de cámaras de videovigilancia en tres zonas de la ciudad y la cesión de los terrenos a la Conselleria d’Interior para construir la que será la comisaría regional de los Mossos d’Esquadra en la provincia de Girona.
Pocos minutos después de iniciarse la sesión, en la que se debían aprobar los presupuestos para 2010, la alcaldesa, Iolanda Pineda, pidió que se apagaran todos los móviles que hubiera en la sala, que congregaba a 70 vecinos. Esa medida fue el detonante que hizo saltar a dos de los presentes. «Yo no lo puedo apagar porque me lo han robado», gritó uno de los asistentes, quien empezó a arremeter contra el equipo de gobierno y la alcaldesa. Tras no conseguir que cesaran los gritos, Pineda ordenó a la policía que les desalojara de la sala. El resto de presentes aplaudieron cuando los agentes sacaron a los dos hombres. Pero el altercado no había hecho más que empezar. Al llegar a la calle, los gritos de los dos hombres tuvieron efecto llamada para decenas de personas que se encontraban por la zona y se agruparon frente al Consistorio.
De repente un centenar de personas, entre españoles y marroquíes, llenó la plaza. Unos y otros se increparon. Unos reclamaban más seguridad en las calles. Otros pedían ser tratados igualmente como vecinos y que no se les criminalizara. Algunos comerciantes y vecinos de Salt reclamaban más seguridad a la puerta del Consistorio: «La ley tiene que ser más dura, entran y salen de la cárcel» mantenía una vecina. Otra aseguraba que le daba miedo salir por las noches y ambas coincidían en que la agrupación de marroquíes por las calles, sobre todo de noche, «nos hace sentir inseguras». Otra vecina se lamentaba que antes Salt era una localidad muy tranquila y que ahora «casi me da vergüenza decir que soy de aquí».
Mientras a voz alzada un español le preguntaba a un marroquí que le parecía el aumento de robos y violaciones, el otro le respondía que «hemos venido a trabajar y no a robar». El joven marroquí se lamentó que «si roba uno tengan que pagar 100» y aseguró que «nos sentimos maltratados, somos personas ante todo, los que roban son una minoría». Además otro joven inmigrante aseguró que la única forma de solucionar los problemas es «unirnos y colaborar». También se oyeron gritos como «aquí venís a beber y a ensuciar el país», a lo que otros respondieron «no, venimos a levantar España».
Desde el colectivo marroquí, Mourat el Hassan, que hace 14 años que vive en Salt, lamentó que se esté utilizando la inmigración políticamente. En este sentido aseguró que el problema en Salt no es cómo se está diciendo, recordó que se acercan las elecciones, y aseguró que toda la confrontación ha sido provocada por CiU y PP para conseguir llegar a la Alcaldía. El portavoz de CiU en la oposición, Jaume Torramadé, negó que su formación estuviera detrás de la manifestación de los vecinos.
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