La inseguridad ha cambiado la vida de los vecinos de Salt, que proclaman su hastío ante la situación
"Si no hay dinero ni trabajo, la gente roba"
La Vanguardia, , 25-02-2010SÍLVIA OLLER – Salt
DESCARO Los ladrones son cada vez más atrevidos y aumenta el incivismo
RECLAMACIÓN Asociaciones de vecinos y de comerciantes piden más mossos a Interior
Carmen ha dejado de llevar sus nietos al parque; Meritxell, a partir de las ocho de la tarde evita pasar por algunas zonas sola y a Neus, que regenta una ferretería desde hace 25 años, se le ha agriado el carácter. La vida cotidiana de estas vecinas de Salt ha cambiado en mayor o menor grado de un tiempo para acá. “Me están robando la libertad, que es el tesoro más preciado”, lamenta Carmen en el bus entre esta población y Girona.
Durante los diez minutos que dura el viaje, Carmen explica que le han robado el monedero en un par de ocasiones y que ahora ya no va al cine con su marido por la noche porque tiene miedo. “Hace falta más policía, más vigilancia en la calle”, reclama. Lo mismo opina Antonio Bravo, quien asegura que “la inseguridad ha ido in crescendo en los últimos años”. Para este padre de familia, la crisis ha sacado a relucir los instintos mas primarios de muchos ciudadanos de Salt, ahora en paro y sin ingreso alguno. “La gente necesita comer por eso roba. Pero estos hurtos son cada vez más descarados”, explica. Testigo del incremento de robos es una joven marroquí que regenta una frutería y verdulería en la zona centro de Salt.
En su caso, son pequeños hurtos, alimentos de primera necesidad. Sin ir más lejos explica que unos jóvenes subsaharianos se llevaron tres naranjas. “Si no hay dinero ni trabajo, la gente roba. Es la solución que encuentran para vivir”, explica esta joven, cuyo nombre en árabe significa Victoria y que llegó a Salt hace seis años para casarse con el que ahora es su marido.
Jimmy, un joven hindú afincado en Salt hace cuatro años, regenta un colmado a pocos metros del comercio de Victoria. También a él le han robado y echa en falta más patrullaje de la policía. Tal es el hastío de algunos ciudadanos que empiezan a ver normales algunas actitudes incívicas como escupir ante las puertas de sus negocios. “Me he acostumbrado a que lo hagan”, explica Neus, que a lleva casi media vida tras el mostradora de una ferretería, situada en la calle Torres i Bages. Asegura sentirse “cansada, insegura” y reconoce que esta sensación le ha hecho cambiar el carácter.
“He cambiado, e incluso he llorado, preguntándome dónde está la Neus de antes”, se sincera esta mujer, al borde de la jubilación. También ella ha sido víctima de los ladrones. Pero a Neus, más que los robos lo que le preocupa son los grupos que se forman en la calle, en su mayoría de jóvenes sin trabajo alguno. “No me atrevo a salir de la tienda por la noche con la recaudación. Tengo miedo”, dice.
Tal es la situación de tensión que se respira en Salt, que las cinco asociaciones de vecinos de este municipio y la federación de comerciantes se han unido. Como ya hizo el martes la alcaldesa de Salt, Iolanda Pineda al pedir mayor dureza de la ley con los delincuentes reincidente, también las Asociaciones de vecinos y comerciantes de Salt harán llegar una carta a la Conselleria d´Interior reclamando más efectivos de Mossos d´Esquadra permanentes en el municipio y otra al Ministerio de Justicia para que se endurezcan las sanciones a los reincidentes. “La sensación que existe entre la gente del pueblo es que los robos son continuados y es evidente que existe sensación de inseguridad”, explica Gemma Serra, presidenta de la asociación de vecinos del barrio dels Escriptors. “Queremos una respuesta a nuestras peticiones”, reclama el presidente de la asociación de vecinos del Barri Vell, Fermí Cuní. Si en tres o cuatro semanas no llega, la ciudadanía podría responder organizando una manifestación.
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