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Cerca de 150 jóvenes han sido detenidos desde el año 2005
Las Provincias, 21-02-2010educación de menores.
«Sin embargo – añade – cuando los objetivos individuales y personales no están claramente definidos, se basan en la indecisión y se tambalean, pueden llevarles a buscar su reconocimiento en grupos en los que, percibiendo ser líderes o formar parte plena de ellos, se convierten en las propias víctimas». Coincide con ella una fiscal de Menores: «Resulta difícil a veces distinguir las víctimas de los culpables».
Las cifras hablan por sí solas. Desde el año 2005, Guardia Civil y Policía Nacional han desplegado casi una decena de grandes operaciones en la provincia que se han saldado con unas 150 detenciones, según los datos recopilados por este diario.
Los delitos cometidos fuero lesiones, amenazas, coacciones, riña tumultuaria y asociación ilícita. Es esa última figura la que determina en el Código Penal español la catalogación como banda: requiere la existencia de una estructura sólida y definida, una jerarquía y una distribución de funciones.
La Justicia aplicó por primera vez este delito a un grupo juvenil latino en la provincia en mayo del 2008. La Sección Primera de la Audiencia impuso entonces dos años y medio de prisión a Gabriel Alyster J.S., un ecuatoriano de 22 años conocido como ‘King Loco Hugo’, por fundar y dirigir la célula de los Latin Kings en Alicante a finales del 2005.
Dos de sus subordinados, Jorge Douglas V. A., Loquillo, y Yerman Alberto A.V., alias Diablo, fueron condenados a sendas penas de un año de cárcel como miembros activos de La Nación. Sometían a sus miembros a «violencia física o psíquica para conseguir sus fines», tal y como quedó establecido en el fallo, luego confirmado por el Tribunal Supremo.
Son precisamente los Latin Kings los que se han mostrado más activos en la provincia en este último lustro. Un informe del Ministerio del Interior sitúa de hecho a Alicante como uno de los cuatro ‘reinos’ de la banda en España: el Maya. Este mismo mes la Policía decapitó la cúpula del ‘reino’ de Madrid y aprestó a 54 jóvenes, entre ellos a su líder, el Inca Supremo de la Sagrada Tribu América Spain.
Enemigos acérrimos de ellos son los ‘Ñeta’, doce de cuyos presuntos integrantes fueron apresados en marzo del 2008 en la capital y en Elche. Como sus rivales, tienen su propia ‘literatura’. Nueve de ellos serán juzgados en breve por asociación ilícita. Con una particularidad: la Fiscalía les acusa por primera vez de promover el odio y la discriminación por motivos raciales o ideológicos.
Presuntamente, pretendían «construir una asociación secreta y al margen de la sociedad» para combatir el racismo que a su juicio sufren los latinoamericanos. Y alentaban a sus acólitos a imponerse mediante violencia e intimidación a sus enemigos, entre ellos a «los españolitos».
Fuerza identitaria
Tanto latins como ñetas están marcados por una ideología rígida subordinada a la fuerza identitaria que les proporciona su procedencia. Los ‘Lion Black’ surgieron, también en Torrevieja, como una escisión de los primeros que aspiraba a hacerles sombra. Y recientemente se han producido operaciones policiales contra pandillas de nuevo cuño como «Los Maravillosos», en Orihuela, a los que pretendían atraer hacia su causa el capítulo de ‘Ñeta’ de Murcia, o los ‘Blood’ o «Hermanos de Sangre».
Cuatro decenas de presuntos integrantes de esta última facción han sido detenidos en Torrevieja por la Guardia Civil. Todo apunta a que aspiraban a ejercer la supremacía en el ámbito de la violencia juvenil en la provincia. Los ‘Blood’ suponen en cierta manera un salto cualitativo en este fenómeno delictivo. Ya no les define tanto su origen latino como su lealtad a una banda multirracial: entre los arrestados había ucranianos, marroquíes, rumanos y hasta un estadounidense.
El coordinador de la Fiscalía de Menores, Carlos Ferreirós, insiste en que la solución a este problema «no puede ser exclusivamente penal». Al contrario, es necesario que las autoridades y los poderes públicos se impliquen en la prevención mediante el trabajo de los servicios sociales y la educación.
«La intervención social dista mucho de ser óptima y el refuerzo de las instituciones tradicionales (familia, escuela, asociaciones vecinales..) insuficiente», advertía ya el fiscal en un estudio elaborado en 2005 cuando trabajaba para el entonces Síndic de Greuges, Bernardo del Rosal.
Respuesta cero
Y esa falta de compromiso en la Administración no parece haber variado demasiado desde entonces a juzgar por la respuesta que ha encontrado este periódico en sus llamadas a dos Consellerias, la de Cooperación (con competencias en Inmigración) y la de Educación: cero.
No existen planes globales de intervención por parte de la Generalitat para atajar el crecimiento de grupos juveniles delictivos. Y los institutos, a cuyo alrededor florecen estas pandillas, carecen de medios suficientes para la correcta atención de los alumnos inmigrantes como ocurre en Torrevieja.
«Los centros educativos están al límite de sus posibilidades. Ni Torrevieja ni Orihuela destacan por tener iniciativas de integración de la población extranjera. Estas bandas proliferan donde hay más inmigración», apunta Gómez Gil.
«Es importante incidir en el manejo de las habilidades sociales tanto personales como emocionales, en el control de la ira y el afrontamiento de los dilemas morales», explica Enma Sancho. «Pero esta tarea no es exclusiva de los técnicos que operan con estos conflictos, sino que requiere la implicación de la sociedad en general», concluye.
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