Raíz solidaria en el valle de Aranguren
Un grupo de voluntarios de las parroquias de Mutilva Baja, Labiano y Tajonar trabaja de manera solidaria y altruista desde el año 2001 en proyectos de solidaridad con el Tercer Mundo y en la atención a enfermos, mayores, necesitados e inmigrantes
Diario de Navarra, , 19-02-2010CAPITANEDOS por el párroco de Mutilva Baja Eugenio Lecunberri, un grupo de 21 voluntarios de las parroquias de la propia Mutilva Baja, Labiano y Tajonar trabaja de manera altruista desde el año 2001 en proyectos de solidaridad con el Tercer Mundo y en la atención a enfermos, mayores, necesitados e inmigrantes del valle de Aranguren. Un colectivo con la solidaridad por bandera que se ha pecho presente en la comunidad indígena del corazón del Amazonas y en Ruanda, en África.
Cross solidario en mayo
Con capacidad de trabajo y tesón, juntos elaboran listas con enfermos de cualquier edad y personas mayores con necesidades para atenderles si así lo desean. Además, visitan las empresas de la zona en busca de donaciones con las que subvencionar sus actividades solidarias. En su afán de lograr el máximo apoyo económico posible, organizan un mercadillo en Navidad con productos donados y un cross en mayo que este año cumplirá su cuarta edición. También gestionan una simpática actividad, a la que llaman bocadillo solidario, y que consiste en vender productos que ellos mismos elaboran.
Además, en una coyuntura de crisis como la actual, el grupo encuentra también necesitados muy cerca. “Está llegando a situación de pobreza gente que no se había visto nunca en este contexto a la vez que está retornando a esta situación otro colectivo que había logrado salir de ella. Vemos la necesidad de orientar e informar a las personas que nos solicitan su ayuda y denunciamos situaciones injustas como retrasos en las atenciones y agravios comparativos provocados por la legislación. Por todo ello, efectuamos ayudas directas a las personas que vienen a solicitar apoyo económico, de temas de vivienda, legales, de alojamiento y, por supuesto, cuando es necesario, de alimentación”, explica el párroco Eugenio Lecunberri.
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