«De las 23 mujeres muertas por maltrato en Euskadi, siete eran inmigrantes»
El Correo, , 19-02-2010La desinformación es uno de los principales obstáculos que se encuentran las mujeres inmigrantes víctimas de malos tratos. Para ayudarlas, SOS Racismo Gipuzkoa ha editado la ‘Guía para el empoderamiento de la mujer inmigrante frente a la violencia basada en el género’, que presentó ayer en Hikaateneo Ainhoa Irazu, periodista que ha colaborado en la publicación. Los derechos económicos, la legislación o cómo acceder a los recursos son algunos de los aspectos que analiza la publicación.
- ¿Cómo puede ayudar la guía a las mujeres inmigrantes que viven en Álava?
- La guía se basa en un trabajo de investigación que hemos realizado, donde hemos detectado que hay poca información sobre la problemática de la violencia de género y las mujeres inmigrantes, por ejemplo, en referencia a extranjería o sus derechos, tanto en los profesionales que trabajan en esos ámbitos como de las mismas mujeres. Esta guía pretende ser una herramienta para que, quienes trabajan con este colectivo, cuenten con más recursos para fortalecer a estas mujeres a través del conocimiento de los derechos que les asisten y permita desencadenar procesos multiplicadores de empoderamiento. En ella se explican los recursos a los que pueden acceder, la legislación estatal y autonómica, los derechos que tienen para regular su situación, etc.
- ¿Es muy grave la situación en la qie viven las extranjeras maltratadas?
- Desafortunadamente, el problema es bastante grave, y aunque hay esfuerzos de interés para abordarlo, aún queda mucho por hacer. Los datos están bastante desordenados porque siguen sin segregarse las nacionalidades de las víctimas u otras cuestiones que pueden ser importantes para analizar mejor el problema, principalmente, la situación documental de estas mujeres.
- ¿Cuál es el porcentaje de mujeres inmigrantes maltratadas?
- Existe un dato a tener en cuenta: de 23 mujeres que han muerto desde 2004 hasta 2009, siete eran inmigrantes. Teniendo en cuenta que no llegan al 10% de la población, están sobrerrepresentadas.
- ¿Hay algún factor diferenciador entre la violencia de género hacia las extranjeras y las mujeres nacidas en Euskadi?
- En mi opinión, el problema no es tan distinto de lo que ocurre aquí. Sin embargo, la situación de estas mujeres se ve atravesada por distintos factores diferenciados de tipo psicosocial y juridico – administrativo. Por ejemplo, pueden llegar a nuestro país con diferentes permisos de residencia, y es habitual que algunos permisos estén vinculados al cónyuge y, como normalmente él suele ser el agresor, tienen muchas dificultades para separarse de su pareja por el riesgo de quedarse en situación irregular o ser expulsadas. Además, la situación sociolaboral de precariedad o la falta de permisos de trabajo suelen dificultar aún más la salida del ciclo violento, así como las restricciones para el acceso a prestaciones económicas que dependen de su situación documental.
Factor de riesgo
- ¿De qué manera afecta la cultura a los casos de violencia machista?
- No afecta su cultura, sino la cultura. Las relaciones de género son construcciones socioculturales y eso implica que hay posibilidad de transformación, pero esto no significa que sea una problemática etnificable. Es un problema que ocurre en todo el mundo y traspasa fronteras y culturas. La religión a nosotras las autóctonas también nos ha hablado del sometimiento y la sumisión, el patriarcado nos ha contado estos cuentos desde bien jovencitas. Lo importante es qué hacer y cómo ayudar a estas mujeres y sobre todo hacerlo en clave intercultural.
- ¿Qué labor desempeña SOS Racismo para mejorar su situación?
- Habría que abordar la situación de forma profunda y trabajar en muchos campos: hay legislación que se debería cambiar y flexibilizar, como las condiciones para recibir las ayudas económicas, regularizarse o estar en programas de empleo. Son un factor de riesgo los requisitos que vinculan estas posibilidades a la denuncia, porque se hace depender tanto la pena al agresor como el bienestar de la afectada de la acción de la víctima, y sabemos que la denuncia es algo difícil de formular: lo es para las autóctonas y lo es en mayor medida para las mujeres extranjeras. Hay que ofertar otras posibilidades que protejan de la violencia y permitan la salida de ese ciclo. Son muchos los aspectos que hay que mejorar, es difícil resumirlos.
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