pamplona. Todos tienen voluntad de regresar porque creen que lo harán y esa fe les da fuerza y les une en una causa impermeable a la erosión del tiempo y los intereses políticos. Seis exiliados saharauis afincados en España relatan sus vivencias y sus experiencias, “sus sueños, sus anhelos, sus miedos y deseos” en el libro titulado De la provincia 53 a la segunda gran traición. La fuente fundamental de su fuerza es la esperanza que mantienen en volver y que ha permanecido intacta en estos 35 años. Salieron de su tierra en los brazos de sus madres con uno o dos años y solo tienen las referencias de sus familias. “A pesar de ellos todos han soñado en algún momento cómo sería la vuelta al Sahara”, explica el periodista navarro Carlos Bajo Erro, autor del libro.

El abandono español de la antigua colonia del Sahara no tiene sólo una vertiente política o territorial, sino que lleva aparejado un drama humano, el exilio forzoso de la mayor parte de la población saharaui que el régimen franquista había llegado a considerar ciudadanos españoles. Muchos de ellos han buscado una vida mejor en la península y se han dado de bruces con una situación nueva, la de “apátrida, la absoluta invisibilidad”. El autor del libro, afincado desde hace ocho años en Cataluña, ha querido mostrar los rostros de estos refugiados y, con la colaboración de Anarasd, mantener viva la llama del conflicto del Sahara Occidental en la población civil. “Si el pueblo saharaui está exiliado los emigrantes están doblemente exiliados, porque están exiliados incluso del exilio; si el pueblo saharaui ha sido condenado a un muro de silencio, los inmigrantes casi a la invisibilidad”.

“La mayoría de ellos vino a España porque la vida en los campamentos de refugiados (cinco testimonios) es muy dura, en el desierto, donde no hay nada. Sólo un caso procede de los territorios ocupados bajo gobierno marroquí y bajo una “fuerte presión”. “Muchos de ellos han venido por cuestiones sanitarias, enfermedades, tratamientos, etcétera”, expuso. Llegaron con un pasaporte marroquí pero no pudieron pedir la nacionalidad española porque no se la reconocen pese a que los ciudadanos saharauis durante la colonia fueron ciudadanos españoles. “Legalmente deberían ser ciudadanos españoles porque el Estado español no ha terminado la descolonización”, expone. “Están seguros de que de la misma manera que están trabajando para ayudar a sus familias que están en los campamentos refugiados, explicando su historia también están colaborando en la futura liberalización del Sahara”, señaló. A poco menos de un mes de la fecha prevista de celebración de la Cumbre Marruecos – Unión Europea, que tendrá lugar en Granada en el marco de la presidencia española, el conflicto del Sahara sigue estancado por las partes, al tiempo que se producen una serie permanente de violaciones de los derechos humanos contra la población saharaui en los territorios ocupados por Marruecos. Para el delegado saharaui del Frente Polisario en Navarra, Ahmed Salama, la presidencia española supone una gran oportunidad para buscar una solución “justa y verdadera, respetar la voluntad del pueblo saharaui”. Destaca que la comunidad internacional sabe que “sin nosotros no es posible la estabilidad en la zona norte de África”. Para Nekane Pardo, de Anarasd, los saharauis han “interiorizado” de tal modo el conflicto que es su verdadera fuerza.