pamplona. La cifra de personas extranjeras empadronadas en Pamplona descendió en 2009 por primera vez en esta década, concretamente desde que en 2001 la unidad de sociología del Ayuntamiento comenzó con la serie estadística sobre población inmigrante. Según los datos presentados ayer por el sociólogo municipal Gregorio Urdániz, acompañado por el edil Fermín Alonso (UPN), al cierre de 2009 figuraban en el padrón de Pamplona 25.211 personas de nacionalidad no española, 58 menos que un año antes. El porcentaje de extranjeros se mantiene con pocos cambios, sin embargo (12,66% sobre el total de ciudadanos).

Cabe destacar que los descensos más acusados se experimentan en los colectivos suramericanos, como ecuatorianos (696 empadronados menos), bolivianos (135 menos), colombianos (73 menos) y argentinos (34 menos), mientras que los inmigrantes procedentes del Este de Europa siguen aumentando (hay 218 rumanos más que hace un año, 86 búlgaros más y 27 ucranianos más). También aumentan los magrebíes (51 marroquíes y 21 argelinos más), los chinos (79 más) y los nigerianos (77 más), entre las nacionalidades más presentes.

la crisis, ¿causa? Entre las razones para este descenso de empadronados suramericanos, Alonso apeló a la crisis, y tampoco el sociólogo aventuró como causa un posible retorno a sus países de origen. “Sólo contamos con las altas y bajas del padrón, no con los destinos ni los motivos”, explicó. Sobre la reciente polémica en torno al anuncio de algunos municipios de no empadronar más extranjeros, el edil de UPN afirmó que “en Pamplona el Ayuntamiento cumple la ley, que obliga a inscribir en el padrón a todos los residentes; además, su presencia en el padrón no concede legalidad de residencia”.

El estudio semestral de los sociólogos municipales recoge que en Pamplona viven ciudadanos de 123 países distintos. Entre los más curiosos, por ser los menos numerosos, están los procedentes de Jamaica, Afganistán o Namibia (un sólo empadronado), Israel, Ruanda y Malta (dos), mientras que hay 35 personas que no cuentan con ninguna nacionalidad. En el polo opuesto, sorprende la presencia de 20 inmigrantes procedentes de Guinea – Bissau, 29 de Georgia y nada menos que 483 moldavos.

En cuanto a los barrios, Alonso subrayó que “por fortuna no se puede hablar de guetos ni de comportamientos asociales por parte de ninguna nacionalidad”, y Urdániz corroboró que “la presencia extranjera es cada vez más homogénea en el conjunto de la ciudad”. En el informe se detalla, no obstante, que el 18% de los ecuatorianos vive en la Milagrosa (el 13% en Rochapea y el 10% en San Jorge); el 25% de los portugueses, el 20% de los argelinos, el 18% de los búlgaros y el 16% de los rumanos en Rochapea; el 22% de los chinos y el 15% de los moldavos en Iturrama; el 17% de los ucranianos y el 16% de los dominicanos en San Juan; el 18% de los nigerianos en la Chantrea; el 27% de los bolivianos en el Ensanche y el 20% en el Casco Antiguo.