45 menores entre los arrestados en Madrid Madrid

Si se tratara de una empresa, su publicidad diría: «Se venden ladrones con experiencia. Mujeres y niños bien entrenados para robar en pisos». Pero se trataba de una banda de gitanos romaníes que ha cometido en tres meses unos 400 robos en viviendas madrileñas. La Policía ha detenido a 34 personas y, además, 45 menores han pasado a centros de acogida de la Comunidad, aunque seguramente terminarán también imputados por robo. Constituían la banda de desvalijadores de casas más activa de Madrid, que cometía el 70% de los asaltos registrados en la capital.

Los clanes fueron arrestados el pasado miércoles en uno de los mayores nidos de delincuencia de España: la Cañada Real. Además de saquear casas, vendían personas. Los ladrones formaban parte de varias familias romaníes, todas de origen serbio y croata. Los investigadores detectaron un caso en el que una niña fue vendida como ladrona por 30.000 euros, pero había muchos más.

«El precio de las mujeres y los niños subía considerablemente si ya sabían robar», explicó ayer Juan Checa, inspector del Grupo XI de Brigada de Policía Judicial de Madrid, que se ha encargado del caso. La operación, bautizada como Yugoslavia 2, ha sido la segunda parte de la que se realizó el verano pasado, que terminó con casi 70 detenidos por robos en domicilios.

«En estos clanes es muy común concertar matrimonios por dinero, vender mujeres o niños, y prestarlos también», explicó ayer este agente en la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

«Si, por ejemplo, el marido de una mujer ingresaba en prisión, ella era vendida a otra familia, o se la prestaban a otro clan para que robara», dijo.

Además, el precio de la venta cambiaba según la posición social de la mujer o el niño. Cuanto más cercano era su lazo de sangre con los cabecillas del clan, más había que pagar.

Estas estructuras familiares están siempre supeditadas a un cabeza de familia, y a su vez todos los clanes dependen de los patriarcas. En España ya se ha detenido a los principales responsables, aunque se está gestando una operación Yugoslavia 3 en la que se espera detener a los gerifaltes en sus países de origen, además de otros miembros que ahora continúan en libertad en la región.

En Madrid, los jefes de los clanes obligaban a mujeres y niños a cumplir unos objetivos, como en cualquier empresa de altos ejecutivos. Si no traían el botín que les habían encargado, las palizas y los malos tratos eran habituales, según los investigadores.

Estos ladrones se dedicaban sobre todo a entrar en casas mediante el método del resbalón, es decir, metían plásticos en los quicios de las puertas para colarse en las casas. Se apoderaban de dinero y joyas nada más, aprovechando los descuidos de las amas de casa que salían a comprar el pan o a llevar al niño al colegio.

Las mujeres y los niños eran quienes entraban en las viviendas, como explicó ayer el inspector Checa. Solían esconderse en el rellano de la escalera del último piso hasta que oían que algún vecino salía y no echaba la llave. En cuestión de minutos buscaban dinero, joyas y desaparecían sin dejar rastro. Tenían el entrenamiento suficiente como para no revolver casi las viviendas, y así ganar tiempo cuando los dueños regresaran.

Ayer se recordó la importancia de cerrar con llave aunque sólo se salga unos minutos de casa, porque ése es el momento que aprovechan ladrones como estos para entrar y desvalijarnos. En el caso de los romaníes, lo hacían siempre a plena luz del día, sin distinguir unos barrios de otros.

Los hombres del clan en ocasiones también robaban casas, pero mediante el método del escalo (trepando hasta una ventana u otro acceso). Todos los detenidos utilizaban nombres falsos y actuaban en grupos de dos o tres personas. Cada día salían unos 15 de estas bandas a delinquir, normalmente compuestos por un par de mujeres y un menor.

No han dejado sin robar casi ningún distrito de Madrid. La media de saqueos en pisos desde noviembre estaba en unos 30 diarios, y desde las detenciones de estos clanes ha bajado a seis o siete.

Esta operación se suma a los casi 70 detenidos de la primera parte, que ya están en prisión. Los agentes tutores de la Policía Municipal se encargaron de trasladar a los menores a centros de la Comunidad porque han quedado en situación de desamparo.

La operación Yugoslavia 2 se reventó el pasado miércoles a las cuatro y media de la mañana. Los agentes acudieron a Valdemingómez en medio de un despliegue policial inmenso que incluyó a 150 agentes de la UIP (antidisturbios), GEO, GOIT, Centauros, Grupos de Atención al Ciudadano, las UCES de Policía Municipal, Policía Científica, Brigada de Extranjería… Además han participado en la investigación todas las comisarías de distrito.

Un detalle curioso es que los detenidos no vivían como se podría sospechar al pensar en sus compadres gitanos rumanos. No habitaban chabolas en la Cañada Real, sino chalés donde el lujo ostentoso era la principal característica. En una de las viviendas encontraron una lujosa cama con dosel, cerca de un baño que en realidad era una sauna de mármol.

El juez Santiago Torres se encarga de la instrucción del caso, que permanece bajo secreto de sumario. Se han recuperado varios kilos de joyas, se ha arrestado a los peristas que daban salida al material, que son españoles, y se han registrado 11 viviendas en un gran despliegue policial. Todas las inspecciones han sido en Madrid, menos una en Alcalá de Henares.

Los investigadores del Grupo XI y el juez Torres imputan a los detenidos asociación ilícita, robo con fuerza con la agravante de haber sido perpetrados en domicilios (castigado de dos a cinco años de cárcel), falsificación de documentos y en el caso de los peristas, también receptación.

DELMUNDO.es

Vídeo:

Vea los arrestos en la Cañada Real.