Zapatero lee la Biblia ante Obama
Dedica su discurso en el Desayuno de Oración a parados, inmigrantes, y homosexuales
El Correo, , 05-02-2010Procuró no dirigirse a Dios. Procuró que su discurso en el Desayuno de Oración Nacional no sonara demasiado a un rezo. Pero rezar, y hablar del «Señor», fue todo lo que hicieron quienes le precedieron y le siguieron en el atril y, por eso, cuando José Luis Rodríguez Zapatero, de pie ante más de 3.000 personas, proclamó su «más sentido compromiso» con los desempleados, sonó como si recurriera al altísimo para ayudarle a solventar uno de los más agudos problemas de España. En realidad, era una declaración política.
El presidente del Gobierno invitado de honor en el curioso evento socio-religioso que cada año por estas fechas se celebra en Washington sólo elevó, literalmente, su súplica por quienes se entregan desde la «autonomía moral» a «su propia búsqueda del bien». En una referencia más o menos velada a los derechos de los homosexuales, lucha por la que es reconocido en ámbitos internacionales, clamó: «Hoy mi plegaria quiere reivindicar la libertad de todos para vivir su propia vida, para vivir con la persona amada, para crear y cuidar a su entorno familiar y merecer respeto por ello».
Lo demás fue una alocución pública como tantas de las pronunciadas por Zapatero, amigo del lenguaje poético. Reconocido laicista y diana de duras críticas por parte de la jerarquía católica en España, buscó en su discurso el equilibrio entre el mensaje fraternal que colmó el resto de intervenciones y sus propias convicciones. Sólo una vez mencionó la palabra Dios: cuando explicó que usaría el castellano como «la lengua en la que por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra». Pero incluso al leer un pasaje de la Biblia, obvió implicaciones religiosas.
Dado que la ocasión exigía una alusión a las Sagradas Escrituras, optó por la cita que más se podía ajustar a su propia actualidad política y se centró en dos problemas que comparten, en distinta medida, Estados Unidos y España: la inmigración y el desempleo. Aunque Obama se enfrenta a una tasa de paro del 10%, casi la mitad de la española, ha sufrido una importante pérdida de popularidad vinculada a la marcha de la economía.
Deuteronomio
Bajo su atenta mirada, y mientras la Bolsa española caía abruptamente, Zapatero recurrió a un libro del Viejo Testamento, el Deuteronomio, capítulo 24, versículos 14 y 15. Un pasaje digno de ser escrutado justo cuando el Gobierno se enfrenta a regañadientes a una reforma laboral, de las pensiones y un ajuste presupuestario con el que pretende dar respuesta a la creciente falta de confianza internacional en su estabilidad financiera. «No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país leyó. Págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol, porque está necesitado, y su vida depende de su jornal». La cita continúa de la siguiente manera: «Así no invocará al Señor contra ti, y tú no te harás responsable de un pecado», pero Zapatero cortó antes de tiempo y no leyó esta segunda parte.
Sin Dios de por medio, afirmó que todos aquellos que no tienen trabajo deben saber que, «en estos tiempos difíciles» no hay tarea que «acucie» más a los gobernantes que la de «favorecer la creación de empleo». Curioso porque el origen del Desayuno de Oración está precisamente, según explicó el propio Barack Obama el pasado año, en la Gran Depresión, cuando también acuciados por los altos índices de desempleo y desbordados ante el aumento de la pobreza los hombres públicos de Seattle decidieron reunirse a rezar.
El encuentro se convirtió finalmente en una costumbre que se extendió por todo Estados Unidos y, desde que Dwight D. Eisenhower lo presidió en 1953, todos los presidentes de los Estados Unidos ofrecen un discurso de apertura. Aunque muy institucionalizado, no es un acto exento de polémica. Los más estrictos defensores de la separación Estado-Iglesia, reconocida constitucionalmente, la critican con denuedo. Y no es ajeno a esa crítica el hecho de que el encuentro sea organizado por una oscura formación ultracristiana, ‘The Fellowship Foundation’, conocida como ‘La Familia’, de la que forman parte senadores y congresistas sujetos a un firme secretismo.
Zapatero, aún así, no ha sido el único en obviar este aspecto de un evento en el que han participado en ocasiones anteriores Tony Blair, el cantante de U2, Bono, o la madre Teresa de Calcuta. La diferencia es que si aquellos aprovecharon sus discursos para hablar de sus experiencias personales con la fe, el jefe del Ejecutivo español aparcó las reflexiones particulares y se dirigió al auditorio como «primer ministro» (en lenguaje anglosajón) de «una de las naciones más antiguas del orbe».
EXTRACTO DEL DISCURSO DE ZAPATERO
Nadie como ustedes conoce el valor de la libertad religiosa. Sus antecesores huyeron de la dominación y para que nunca les fuera arrebatada la libertad fundaron este país, una nación, los Estados Unidos, alumbrada en la democracia, que no ha dejado de crecer bajo su fuerza; que abolió la esclavitud, reconoció la igualdad de voto y proscribió la discriminación…
Conquistas admirables, admirables a ojos de un demócrata que vive en una de las naciones más antiguas del orbe, España; una nación también diversa, forjada en la diversidad y renovada en su diversidad; una nación también americana, «la más multicultural de las tierras de Europa, España celta e íbera, fenicia, griega, romana, judía, árabe y cristiana», sobre todo cristiana, como ha caracterizado desde Latinoamérica Carlos Fuentes a nuestro país.
Nuestros dos países deben mucho a quienes han venido de fuera. No se entienden sin ellos, sin los que, a lo largo del tiempo, han llegado a nuestra tierra y, conviviendo, se han convertido en «nosotros», en lo que somos.
Permítanme que les lea un pasaje de la Biblia, del capítulo 24 del Deuteronomio: «No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país. Págale su jornal ese mismo día, antes de que se ponga el sol, porque está necesitado y su vida depende de su jornal».
No dejemos de velar por la buena integración de quienes han venido a trabajar y a convivir a nuestros países; no dejemos de velar también por aquellos a los que no podemos acoger entre nosotros, y pasan hambre y miseria en tantos lugares de la Tierra…
Asimismo, quiero proclamar el más sentido compromiso con los hombres y las mujeres que en nuestras sociedades padecen, en estos tiempos difíciles, la falta de trabajo…
Hoy mi plegaria quiere reivindicar igualmente el derecho de cada persona, en cualquier lugar del mundo, a su autonomía moral, a su propia búsqueda del bien.
Hoy mi plegaria quiere reivindicar la libertad de todos para vivir su propia vida, para vivir con la persona amada y para crear y cuidar a su entorno familiar, mereciendo respeto por ello.
La libertad es la verdad cívica, la verdad común. Es ella la que nos hace verdaderos, auténticos como personas y como ciudadanos, porque nos permite a cada cual mirar a la cara al destino y buscar la propia verdad.
Pero la tolerancia es mucho más que la aceptación del otro; es descubrir, conocer y reconocer al otro. El desconocimiento del otro está en la raíz de los conflictos que amenazan a la Humanidad y ponen en peligro nuestro futuro. El odio nace de la ignorancia y la concordia se construye sobre el conocimiento. También la paz…
Estados Unidos sabe, como también lo sabe España, que la utilización espuria de la fe religiosa para justificar la violencia puede ser enormemente destructiva y qué mejor momento que este Desayuno de Oración para que recordemos juntos, para que honremos juntos, a nuestras víctimas del terrorismo…
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