Nueva polémica en Francia por la inclusión en las listas electorales de la extrema izquierda de una joven musulmana que se cubre la cabeza
Velo anticapitalista
La Vanguardia, , 05-02-2010LLUÍS URÍA – París. Corresponsal
“Se puede ser laica y feminista llevando el velo”, asegura Ilham Moussaïd,candidata del NPA de Besancenot
Pañuelo palestino al cuello, fular blanco cubriéndole completamente el cabello, la joven Ilham Moussaïd,una estudiante francesa de 22 años de Aviñón (Vaucluse), se ha colocado inesperadamente en el centro del debate político a causa de su doble – y arduo-compromiso político y religioso. La joven, que reivindica públicamente su confesión musulmana y lleva el velo islámico – aunque no integral-,ha sorprendido a todo el país presentándose como candidata en las elecciones regionales del próximo mes de marzo en Provenza-Alpes-Costa Azul por el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) de Olivier Besancenot.
El cóctel entre el islam y una extrema izquierda que reivindica la laicidad y la liberación de las mujeres ha parecido indigesto a buena parte de la clase política francesa, incluidos algunos camaradas del cartero de Neuilly, justo en el momento en que se debate la eventual prohibición del velo integral (burka y niqab)
Para la joven Ilham Moussaïd,militante y tesorera del NPA en el departamento de Vaucluse, no hay ninguna contradicción en esta doble condición. “Se puede ser laica y feminista llevando el velo”, asegura con la misma determinación que se declara “anticapitalista e internacionalista” y aspira a “dar voz a las mujeres y los hombres procedentes de los barrios populares”. “En este partido hay una mayoría de no creyentes, cierto, pero también hay creyentes de diversas religiones. La única diferencia conmigo es que en mi caso es visible”, sostiene.
Es justamente esta visibilidad – y no sus creencias personales-la que ha levantado ampollas. De entrada, porque se supone que debería representar – caso improbable, dadas sus expectativas electorales-a todos los ciudadanos con independencia de la religión de cada cual. Y, en segundo lugar, porque el velo que luce ostentosamente se asimila a la sumisión de la mujer. La Liga del Derecho Internacional de las Mujeres ha manifestado su “indignación” y ha denunciado el “doble lenguaje” del NPA – surgido de la trotskista Liga Comunista Revolucionaria (LCR)-,al “adherirse a un símbolo que significa segregación de sexos y estatus de segundo rango para las mujeres”.
Las críticas le han llovido al NPA desde todo el arco político. Desde la derecha, por supuesto, que ha visto la oportunidad de subrayar las contradicciones de los anticapitalistas: “Alucinante”, ha calificado el diputado de la UMP Thierry Mariani; “una provocación”, ha dictaminado su compañera de filas, Chantal Brunel.
Pero la censura ha venido también desde la izquierda. Procurando no cebarse demasiado en quien puede ser un futuro socio, la primera secretaria del PS, Martine Aubry, ha asegurado que ella “no habría aceptado” nada semejante en su partido (y de paso, ha apoyado al ministro de Inmigración e Identidad Nacional, el tránsfuga socialista Eric Besson, por haber denegado la nacionalidad francesa a un hombre que obligaba a su mujer a vestir el velo integral). Incluso Jean-Luc Melenchon, líder del Partido de Izquierda – aliado del NPA-en varias regiones, habló de “error”.
Olivier Besancenot, en cuyo partido hay asimismo división de opiniones, atribuyó las críticas – que juzgó “caricaturescas”-al clima “islamofóbico nauseabundo” que hay en Francia. El cabeza de lista del NPA en la región salió asimismo en defensa de su pupila y recordó que el mítico Abbé Pierre se había presentado en la Asamblea Nacional en sotana. Eso sí, hace más de 60 años.
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