El Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que en la actualidad en España hay más de 16.000 inmigrantes casados con un cónyuge español, que no conviven con su pareja. Descartando los inevitables vaivenes de las cosas del amor, la cifra contrasta con los apenas 1.100 enlaces que las fiscalías recurrieron o paralizaron en 2009 ante la manifiesta sospecha de que encubrían una boda blanca. Y eso que desde 2006 una circular pide a fiscales y funcionarios que extremen la vigilancia ante este fenómeno. Pero para que cuele un enlace así, apenas hace falta un resquicio mínimo, desde un funcionario poco exigente a unos juzgados atestados y con poco tiempo para mirar con lupa la historia de amor bajo sospecha, al fin y al cabo, un asunto subjetivo.