NI UN DÍA SIN LÍNEA
Barcelona 2022 y otras bolas de nieve
El Mundo, , 23-01-2010Saura y Baltasar están en apuros. Se metieron solos en un jardín incendiado y hoy parecen los Bouvard y Pécuchet del Govern. Montilla es otro perfil, más cercano al Buscón, al Lazarillo, a Guzmán de Alfarache: ha intuido que debía denunciar el «discurso buenista» de la inmigración, es decir, a Zapatero. Agudísimo. La Barcelona 2022 de Hereu suscita alineamientos aleccionadores. 17 Domingo / Diumenge
En formidable y gratuita campaña publicitaria para Anglada habrá quedado el embrollo del padrón, siendo pieza capital la entrevista de Sostres en este diario. A mí el tema ya me cansa. Me he pronunciado tanto al respecto que hasta dormido recitaría los puntos esenciales: negarse a empadronar es ilegal; la Ley de Extranjería y la Ley de Bases de Régimen Local se contradicen; hay electoralismo a raudales en la apertura del debate; el electoralismo se ha contagiado luego a todos los partidos, y al ámbito español; las etiquetas infamantes ciegan y no instruyen; Zapatero pervirtió el padrón al convertirlo en atajo para obtener la residencia, incentivando la irregularidad frente a las vías ortodoxas de acceso. Por eso hay ahora más sin papeles que antes de la regularización masiva.
18 Lunes / Dilluns
Cuantas más explicaciones ofrecen los consellers rojiverdes acerca del incendio de Horta de Sant Joan, más dudosa nos parece su actuación. Si en Cataluña existiera la rara figura de la dimisión, Saura y Baltasar serían los candidatos más idóneos para ponerla en práctica. Es asombroso que Montilla haya criticado el «discurso buenista» sobre la inmigración. «Discurso buenista» era expresión reservada a los más punzantes opinadores antizapaterinos. Su apropiación por el president, ¿presagia un corte epistemológico, una ruptura formal, un divorcio moral, la apertura de un abismo insondable entre el PSC y Zapatero? Porque Zapatero, por si no se han percatado, es un discurso buenista con aspecto de presidente. Hereu viene a BTV a hablar de su candidatura a los Juegos Olímpicos de Invierno. Constato que la cosa va en serio. Tiembla, Trias.
19 Martes / Dimarts
Comento lo de Hereu con Alberto Fernández y las piezas empiezan a encajar. En cuanto pronunció en conversación privada las palabras «Barcelona 2022», ¿cómo creen que reacciona el político popular? ¿Creen acaso que se mofa o lanza una sonrisita sarcástica? No. Por el contrario, afirma muy serio: «A mí me parece bien.» A mí también. Los proyectos que hacen grande a Barcelona sólo sientan como un tiro a los nacionalistas. Luego, cuando la bola de nieve (nunca mejor dicho) se agiganta, acaban sumándose porque no hay más remedio. Es la pauta que siguió con los Juegos del 92 Jordi Pujol, cuyo entusiasmo inicial fue perfectamente descriptible y cuyo rol final se resume en oficiar de segundón del Rey y Maragall, redimido por aquellos saltitos eufóricos de sus dislates posteriores.
20 Miércoles / Dimecres
Hablo con Artur Mas en Canal Català. Sus activos son, por este orden: haber ganado dos elecciones, sufrir con resignación la inutilidad de tales triunfos, contar con sondeos que le dan la tercera victoria, tener el aspecto de un político americano (del norte, no del sur), no pestañear cuando defiende lo que antes rechazó (como la supresión del impuesto de sucesiones). Veremos si pestañea cuando tenga que rechazar lo que antes defendió, pues su pasivo principal es la deriva soberanista, ese independentismo con corbata, y la retórica del «derecho a decidir». No niega su disposición a convocar «algún día» un referéndum de autodeterminación. No me lo creo. Quisieran vivir los convergentes en una ambigüedad eterna, envueltos en el líquido amniótico de un rentable victimismo sin fin. El referéndum sería un final abrupto, una cesárea. ¿Para qué?
21 Jueves / Dijous
Un micrófono indiscreto descubre bajezas aguijoneadas por la nueva candidatura olímpica: Huguet tilda el proyecto de «fantasmada» electoralista y vaticina, desdeñoso, su fracaso. Mientras, desde un nacionalismo inverso, se adoptan posturas similares, fenómeno a estudiar. Así, cuando defiendo en una emisora nacional los Juegos para Barcelona y gloso los beneficios que traerán, me tengo que oír el chistecito: «Nunca se ha visto esquiar por el paseo de Gracia». Tampoco se ha visto esquiar frente al Pilar. Porque el óbice principal es la candidatura aragonesa, curiosamente defendida por los nacionalistas de aquí en una bochornosa exhibición de plumero: ¡Ya existe una candidatura española! – exclaman disfrazados de baturros. Los extremos se tocan. Pero nadie le reprochó a Madrid que sacara de la pista a la candidatura olímpica sevillana.
22 Viernes / Divendres
Alega Huguet que su opinión no tiene trascendencia. No puedo estar más de acuerdo. En UPyD de Cataluña eran pocos y se han ido cuarenta o cincuenta. Parece que el partido de Rosa Díez y Ciutadans no presentarán candidatura conjunta en las catalanas, con la consiguiente división de un voto que exige unidad para tocar escaños. También llegará a trozos el independentismo, repartido entre ERC, Reagrupament, el soberanismo convergente y lo que Laporta cree si no se sube a la carreta de Carretero. Demasiada sigla para quienes siguen sin crecer, por mucho ruido que hagan. Ahí está la última encuesta del CEO: ¿Cuántos catalanes se sienten sólo tal cosa? El 16,4%. Respetable, pero no para lanzar cohetes. Más respetables serían sin esa manía de hablar a todas horas en nombre de Cataluña con tan parcas credenciales.
(Puede haber caducado)