Remando para Anglada

El Periodico, JOAN Tapia, 22-01-2010

¿Por qué el alcalde de Vic, Unió y CiU se han equivocado tanto? ¿Por qué PSC y ERC han sido tan blandos? El anterior alcalde, Codina, un sólido político de Unió, no repitió por varios problemas, entre ellos la actitud de CDC. En el 2007 Vila d’Abadal conservó la alcaldía, pero perdió votos y la Plataforma per Catalunya de Anglada (extrema derecha) fue el segundo grupo municipal. Aquí está la clave. Vila d’Abadal, con menos personalidad, siguió la política integradora de Codina, pero a mitad de mandato ha cogido miedo a la demagogia y ha optado por huir hacia delante: mostrar enojo por la inmigración e impedir a los ilegales inscribirse en el padrón municipal.
Es una reacción primitiva. Clandestinizar más la inmigración ilegal (dejar sin escuela a los niños y sin atención sanitaria a todos) perjudica tanto a los inmigrantes como a los catalanes de pura cepa. Niños en la calle y adultos enfermos no favorecen la ética cristiana y agudizan los conflictos. En segundo lugar, la contradicción entre la inscripción en el padrón y la ilegalidad no la puede resolver Vic. Antoni Fogué ha dicho, con toda la razón, que exigía un consenso municipal muy amplio. Sin olvidar que es un asunto espinoso. En Estados Unidos viven 15 millones de ilegales y el pacto para resolverlo entre el presidente Bush y el liberal Kennedy mordió el polvo.
Y la medida se plantea cuando la ola migratoria está bajando, tanto porque el auténtico efecto llamada (la oferta de puestos de trabajo que no quieren los autóctonos) se esfuma como por mayor control policial de fronteras y el aumento de las expulsiones. La prueba es que la inmigración preocupa menos. Ayer se conoció la encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) y la inmigración pasa del tercer al cuarto problema. Y cuando se inquiere por el que más afecta al encuestado, baja al sexto lugar. Otra encuesta del propio ayuntamiento dice que en Vic es el noveno problema y que preocupa tres veces menos que el paro o la falta de aparcamiento!
El miedo a Anglada ha hecho cometer a Josep Maria Vila d’Abadal un grave error. Cuando los demócratas compran las recetas de la extrema derecha solo la legitiman. Y si después las retiran (el decreto de Rajoy del 97 es clarísimo), la legitiman y la envalentonan. Algunos analistas decían que Vic abría un debate. Falso. Ha abierto un concurso demagógico sobre algo serio y ha dado mas notoriedad a Anglada. A veces la política exige ensuciarse las manos. Pero con convicciones. El angelismo del «papeles para todos» no vale, pero el seguidismo de los de «papeles para nadie» es bajarse los pantalones ante los camorristas. Y olvidar que Europa precisa inmigrantes para crecer y mantener el Estado del bienestar.

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