Nunca un calendario dio tanto que hablar. La noticia saltaba a la palestra el pasado día 8, cuando el Partido Popular y sus medios afines encontraban en el almanaque de Logroño un motivo para cargar contra los mandatarios del Consistorio (PSOE y PR, claro está). Locutores y plumillas nacionales, del mismo grupo de comunicación, echaban más leña al fuego. La polémica estaba servida. Unos cargaban y otros acusaban a los unos de «usar la religión de forma partidista y como arma arrojadiza». Hasta el presidente del Congreso, José Bono, habló.
Sólo faltaban por posicionarse los colectivos aludidos, por pertenecer a otras comunidades religiosas. Hace días, ofendidos, los rumanos pidieron que se reeditase el calendario incluyendo sus festividades. Ayer era el turno del colectivo musulmán, el más afectado por la polémica y el más numeroso en la capital (hay 6.000). Pidieron serenidad para que no estalle un problema de convivencia y que los políticos «no dinamiten el esfuerzo que han realizado los inmigrantes por integrarse por un puñado de votos». Así de claro se mostró ayer Mohamed Elgheryb, presidente de la Asociación de Inmigrantes Marroquíes.
Para este colectivo, al igual que el de pakistaníes, el calendario no va contra ninguna fe, representa a las personas y las actividades que realizan los diferentes colectivos de la ciudad. Por ello, «lamentan» las declaraciones de ciertos políticos que «echan por tierra los diecinueve años que llevan muchos inmigrantes en La Rioja».
Desprecio
Por otro lado, Elgheryb destacó que tanto paquistaníes como marroquíes están «preocupados», ya que «han luchado mucho por sentirse riojanos y esto les desprecia». Por todo ello, el mensaje que lanzaron ayer estos dos colectivos fue sencillo. A los suyos les animaron a seguir luchando por su integración. A los políticos un llamamiento a la convivencia, «a sumar». «Creemos en la competitividad deportiva, pero no entre partidos. En política, la competitividad tiene que ser ética», añadió.