En contraste con el tibio pronunciamiento público de la Generalitat sobre las intenciones de Vic, el Gobierno, con el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, a la cabeza, reiteró ayer su firme rechazo a los planes de la capital de Osona. Zapatero advirtió que el Ejecutivo será «firme» en la defensa del principio de integración de los inmigrantes «porque la cohesión social es uno de los principios esenciales de la convivencia» y cualquier posición distinta tiene «un corto alcance».

La vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró que lo que plantea Vic es un «intento aislado de orillar la legalidad». De la Vega aprovechó su discurso de presentación de la presidencia española de la Unión Europea en Barcelona para informar a la capital de Osona de que su propuesta «está condenada al fracaso».

Y el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se manifestó «radicalmente en contra» de las pretensiones de Vic.