Casi 82.000 hijos y nietos de españoles que se exiliaron con motivo de la Guerra Civil o de la posterior represión franquista lograron en el 2009 la nacionalidad gracias al cauce extraordinario abierto por la ley de la memoria histórica, que se fijó como objetivo reparar la injusticia vivida por sus ancestros.

Esta norma, que entró en vigor el 28 de diciembre del 2008, ofrece a los descendientes directos de los españoles que abandonaron España entre el 18 de julio de 1936 y el 31 de diciembre de 1955 la posibilidad de obtener la nacionalidad sin tener que renunciar a la que ya tengan. El plazo máximo para solicitar la documentación es hasta el 28 de diciembre de este año.

Aunque aún no hay datos oficiales desglosados por países, es seguro que a la cabeza de la lista de solicitantes se encuentran Argentina, Cuba y México, donde viven la mayoría de los descendientes de los exiliados.