El paro afecta a uno de cada cuatro inmigrantes y se triplica con la crisis

La Razón, 14-01-2010

La llegada de extranjeros ha caído de los 300.000 de 2008 a los 90.000 del año pasado

El 28 por ciento de los inmigrantes que residen en España están desempleados, lo que se traduce en 1,2 millones de personas en edad de trabajar. Así se desprende del estudio «La inmigración en tiempos de crisis», elaborado por Eliseo Aja, Joaquín Arango y Josep Oliver, que fue presentado ayer en Madrid por la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí.
Durante el acto, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y coautor de la publicación, Josep Oliver, dijo que este incremento en las cifras de paro «se debe en un 70 por ciento al aumento de la población foránea. En 2008, a pesar de la crisis, entraron en el mercado cerca de 500.000 personas que no encontraron en empleo que buscaban». Oliver explicó que lo peor ya ha pasado porque hubo un punto de inflexión a partir del primer trimestre del año pasado. En ese periodo, perdieron su empleo 250.000 extranjeros y desde ese momento, la cifra se ha estabilizado, e incluso ha llegado a mejorar la evolución de los datos de los españoles. Aún así, las cifras de paro extranjero superan en diez puntos a la de españoles (28 por ciento frente a 18).
Ante esta situación, Oliver explicó que los flujos se han ido reduciendo: durante el primer trimestre de 2008 llegaron 300.000 personas, cifra que cayó a 150.000 en el segundo, a 80.000 en el primer semestre de 2009 y a menos de 10.000 en el periodo junio – diciembre del año pasado. Además, concluyó, «la inmigración seguirá siendo imprescindible en nuestro país debido al agujero demográfico provocado por la falta de nacimientos». Esto nos lleva, según la secretaria de Estado, Consuelo Rumí, «a un periodo de transición, que consolidará un ritmo mucho menos elevado de entradas en el país. En la actualidad, las llegadas están ajustadas a la demanda del mercado laboral, lo que demuestra que en el futuro serán muchas menos las personas que vengan, pero tendrán un perfil de media y alta cualificación, como ha quedado patente en cupo de contratados en origen para el año 2010», recordó.
Así, uno de los retos de futuro para el Gobierno, en palabras de Eliseo Aja, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Barcelona, será «solucionar el problema estructural que se producirá en los próximos años porque la baja cualificación de los desempleados dificultará su recolocación». «El esfuerzo debe ser colectivo y el papel que jueguen en este sentido las comunidades autónomas y las entidades locales será fundamental», matizó.

Una sociedad madura
Por otra parte, Joaquín Arango, del Instituto Ortega y Gasset, se congratuló de que los peores presagios no se hayan confirmado. «Con la crisis se preveía que aumentara la presión sobre los inmigrantes y que hubiera brotes xenófobos que, afortunadamente, no se han producido. La sociedad española ha dado muestras de cordura y madurez», declaró.
 

En 2014, el flujo de entradas se reducirá a 3.029 personas
El anuario prevé una caída drástica de los flujos migratorios en los próximos años, hasta llegar a la insignificante cifra de 3.029 inmigrantes previstos para 2014. En cuanto a los colectivos, el anuario aventura que seguirán llegando extranjeros de Rumanía, Marruecos y Ecuador. Sin embargo, indica que sus flujos caerán hasta 2014 desde un 10 por ciento, caso de Ecuador, al 60 por ciento de los extranjeros procedentes de Marruecos o Rumanía. Este descenso podría ser significativamente superior para los inmigrantes que proceden de países desarrollados (Reino Unido, Francia o Italia), aunque sobre estas nacionalidades existe un mayor grado de incertidumbre por no tratarse de una inmigración puramente económica. Según el documento, una de la consecuencias graves de la pérdida de empleo es la imposibilidad de hacer frente al pago de las letras de su vivienda, que, según un informe de la ONU, en España  hay más de 180.000 familias latinoamericanas que están en riesgo de perder sus hipotecas en España.

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