Suma y sigue. La línea ascendente que se dibujaba en la evolución de la población en Vitoria continúa su camino, pese a que en 2009 el recorrido no ha resultado tan fructífero en lo que a nuevos empadronados se refiere. Aun así, el censo de la capital alavesa alcanza ya los 239.361 habitantes. O, lo que es lo mismo, en la ciudad residían a 1 de enero de 2010 un total de 2.836 ciudadanos más que justo un año antes, según los datos del padrón municipal. Dos saldos positivos el natural y el migratorio se encuentran detrás de esta balance, donde no todas las cifras invitan al optimismo: cae la llegada de extranjeros y desciende también, por primera vez en esta década, el número de nacimientos.
El resultado podría, pues, cambiar de signo en próximos ejercicicos. «La previsión es que el crecimiento de la población se estanque. Vivimos más años, no tenemos muchos hijos y la inmigración desciende, por lo que la ecuación está clara», resumen expertos municipales. La cuenta se traduce en cifras al echar un vistazo al padrón. El pasado ejercicio quedará para la historia como el primero de la década en que nacieron menos niños que el curso anterior en la ciudad 2.419 respecto a los 2.455 de 2008. Y se recordará también por haber experimentado un notable descenso en el número de defunciones 1.591, frente a 1.728 fallecimientos en una ciudad donde casi dos de cada diez vecinos tienen ya más de 65 años.
De esta forma, Vitoria podría mantener el tirón demográfico en años venideros, pero debería despedirse de una de sus principales fuentes de nuevos vecinos: el extranjero. «Ahora vamos a depender de nuestro crecimiento natural y no tanto del tema migratorio», confirman los medios consultados. El último año representa un claro ejemplo de esta tendencia ya que sólo 2.538 ciudadanos procedentes de otros países decidieron instalarse en la capital alavesa, es decir, 1.300 menos que en 2008. Hay que retroceder un lustro para encontrar una cifra tan baja, aunque los expertos advierten de que se trata de una tendencia esperada: «Los inmigrantes buscan una oportunidad de vida y aquí, con la crisis, no se la podemos ofrecer, por lo que deciden marchar a otros lugares. Pero seguirán viniendo».
Más de 23.900 extranjeros
Los vitorianos nacidos en otros países suponen ya el 10% de la población 23.906 habitantes, y los sudamericanos son los más numerosos. Ellos forman la tercera parte de este grupo cosmopolita que, por orden, lo completan magrebíes, vecinos de la Unión Europea, africanos, centroamericanos, australianos, chinos y estadounidenses. Pero la ciudad se nutrió en 2009, además, de las otras dos provincias vascas llegaron 509 vizcaínos y 441 guipuzcoanos y de las comunidades autónomas restantes 3.950 personas. En estos casos, «la movilidad responde generalmente a cuestiones laborales. También hay que pensar en los jubilados. Muchos se compran una casa en otra ciudad o en el pueblo y se empadronan allí», añaden.
Los jóvenes que encuentran un trabajo en la capital alavesa parece que prefieren moverse dentro de la ciudad. Salburua y Zabalgana encabezan la lista de barrios donde más ciudadanos se han inscrito en el último año y donde «más niños pueden nacer en el futuro». Ambos distritos, además, se hallan dentro del afortunado grupo formado por las ocho zonas que sumaron vecinos en el último año. No obstante, sus cifras más de 8.000 habitantes en el primero y cerca de 9.800 en el segundo quedan aún muy lejos de los 27.000 vecinos de Lakua-Arriaga, o de los 22.000 de Sansomendi, las dos zonas más populosas de Vitoria. Ali y el área rural suroeste permanecen a la cola.