JULIA CAMACHO
SEVILLA

Horarios de sol a sol en régimen de semiesclavitud y obligadas a vender droga a sus clientes. Estas eran las condiciones en las que trabajaban al menos un millar de mujeres vinculadas a dos redes de explotación sexual desarticuladas por la Policía Nacional en Andalucía gracias a las denuncias de las víctimas. La operación se ha saldado con medio centenar de detenidos y el registro de varias sociedades mercantiles que blanqueaban los beneficios.
La primera de las tramas operaba en tres prostíbulos ubicados en Málaga y Córdoba por los que las mujeres rotaban cada 21 días. Las chicas llevaban a cabo jornadas de más de 12 horas seis días a la semana, y debían cumplir unas «estrictas normas» de vestimenta y número de servicios sexuales. Además, la red les exigía que actuaran como camellos y proporcionasen a los clientes cocaína y heroína. En esta parte de la operación los agentes han detenido a 38 personas, entre ellas los responsables de la red, el dueño de los burdeles y sus encargados, así como las mujeres que controlaban a las prostitutas y tres proveedores de droga.

20 EUROS El segundo grupo fue desarticulado en Almería, donde fueron arrestadas 12 personas. Las mujeres, de Suramérica y Europa del Este, venían de forma voluntaria para prostituirse, pero una vez en España eran encerradas en los clubs de alterne, donde pagaban 20 euros por compartir una litera con otra decena de compañeras, y solo podían salir a la calle dos horas. Varias escaparon y denunciaron su situación.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, destacó el «valor» de las denunciantes, y recordó que tras su colaboración pasan a ser testigos protegidos que pueden solicitar su repatriación u obtener el permiso de residencia. «Es importante que digan ‘basta ya’ y se acerquen a la policía, que va a asegurar su vida», apostilló. Según Europa Press, el ministerio quiere agilizar la concesión de residencia a las extranjeras explotadas sexualmente.