Adiós a un año marcado por los transportes y las grandes obras
Diario Sur, , 03-01-2010El transporte, la inmigración o los grandes proyectos volvieron a acaparar en el recién terminado 2009 la atención de una ciudad que, además, recibió la visita de hasta siete ministros del Gobierno de la Nación. También fueron doce meses de polémicas y enfrentamientos, de posturas encontradas ante casos como el de la explanada de La Legión, el futuro de la estatua de Franco, las pintadas racistas en las mezquitas o la extradición de Mohamed El Bay y Alí Aarras. En este 2009 se habló de Gripe A, de pobreza, de financiación autonómica, de regiones ultraperiféricas y de la ampliación del puerto.
El año comenzaba con la crónica de una muerte anunciada, la del vuelo a Sevilla, que el 12 de enero, sólo un año después de su puesta en marcha, desaparecía de los paneles del aeropuerto de Melilla. Las más de 2.000 firmas recogidas por una plataforma ciudadana que se oponía a esa medida no fueron suficientes para que la compañía Air Nostrum cambiara de opinión. También se conocía a comienzos de 2009 que Air Europa tenía interés por operar en Melilla, un interés que fue objeto de polémica y cruce de declaraciones entre Gobierno y oposición. El viceconsejero de Turismo ya mostraba en junio su preocupación por el retraso en reclasificación del Aeropuerto a la categoría C, requisito necesario que pueda aterrizar el avión Embraer 195 con el que la compañía aérea quería operar.
En septiembre, el Ministerio de Fomento se fijaba como objetivo prioritario solucionar en la ciudad el problema del transporte aéreo. José Blanco anunció, durante su visita a Melilla, que se iba a crear una comisión mixta entre el Gobierno central y el autonómico para alcanzar una solución antes de que finalizara el año. El ministro confirmó la intención del Ejecutivo de mantener las conexiones con la península a precios asumibles y de estudiar la posibilidad de declarar de interés público las líneas aéreas manteniendo las bonificaciones al residente.
Entre tanto, la Asociación de Agencias de Viajes de Melilla protestó en diciembre contra de la política de venta de billetes de la naviera Acciona – Trasmediterránea. Durante varios días se negaron a vender a sus clientes billetes de barco como medida de presión para criticar las «desproporcionadas» restricciones de la compañía.
En materia de transportes, el proyecto sobre el que más se habló a lo largo del año ha sido la ampliación del Puerto. En octubre, la Autoridad Portuaria tenía ya los deberes hechos y estaba a la espera de que el Ministerio de Fomento apruebara el Plan Director de Infraestructuras. El presidente de la Autoridad Portuaria aseguraba entonces que desde el punto de vista financiero, dada la demanda que existe, no habrá dificultades para llevar a cabo la obra.
Muy atrás quedaba ya la polémica sobre el famoso techo de la nueva Estación Marítima, levantado en enero por rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora.
Además del transporte, la inmigración volvió en 2009 a ocupar muchas páginas de periódicos. Las reacciones sobre la situación de los bengalíes retenidos en Melilla desde hace más de cuatro años se han sucedido durante todo el año. El diputado del PP, Antonio Gutiérrez, aseguraba en julio que el Gobierno abría una posibilidad de autorización de residencia temporal. Según Gutiérrez, los inmigrantes podrían pedir un permiso específico amparándose en una situación de arraigo.
Aunque el año empezó de forma trágica con la muerte a tiros de un inmigrante que pretendía cruzar desde Marruecos a España, días después se supo que una operación conjunta de la Comandancia de la Guardia Civil y la Jefatura Superior de Policía había permitido desarticular «la mayor red dedicada al tráfico ilegal de personas de la ciudad», que utilizaba para sus fines los pasos fronterizos existentes entre Melilla y Marruecos. Meses más tarde hubo un cruce de acusaciones entre la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma. El vicepresidente primero, Miguel Marín, recordaba que su Ejecutivo siempre ha colaborado en cuanto se le ha pedido.
Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, con el apoyo de la Policía Local, localizaban a 30 inmigrantes ocultos en el transcurso de la Operación feriante. Un total de 23 fueron interceptados en el recinto ferial de San Lorenzo – 19 marroquíes y cuatro argelinos – mientras que los demás fueron localizados en el puerto por la Guardia Civil.
Seguridad Ciudadana estudiaba en noviembre con el Cuerpo Nacional de Policía la puesta en marcha de fórmulas que frenen la entrada a Melilla de menores extranjeros no acompañados. La Ciudad acoge en estos momentos a unos 120 niños y adolescentes después de que se registrara un goteo constante de llegadas. La consejera de Bienestar Social aseguraba hace poco más de un mes que se había producido un incremento de entradas ilegales de niñas adolescentes, chicas que buscan en Melilla solución a problemas derivados habitualmente de su condición de mujeres.
La puesta en marcha de grandes obras ocupó también buena parte de las páginas de los diarios. El presidente de la Ciudad ponía en octubre la primera piedra del futuro paso subterráneo de Alfonso XIII, un proyecto «emblemático, valiente, imaginativo y de alto rendimiento social». La inversión asciende a 4,1 millones de euros.
Otras actuaciones previstas para este año, sin embargo, no llegaron a ver la luz. El portavoz del Ejecutivo reconoció en noviembre que estaba convencido de que Coalición por Melilla había «movido sibilinamente los hilos» para impedir que Defensa autorizara a la Ciudad Autónoma la construcción de una explanada de usos múltiples junto al cuartel de la Legión.
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