En los últimos cinco años, EE. UU. ha deportado a 108 mil 154 guatemaltecos, y la tendencia es ligeramente a la baja, aunque continúa en la misma tónica de persecución de indocumentados que en años anteriores. En el 2009 han llegado 27 mil 222 deportados por vía aérea.

Con la llegada de Barack Obama a la presidencia de EE. UU. no ha habido un cambio significativo para los migrantes guatemaltecos en ese país, pues en el 2009 la cifra de deportados no ha variado mucho respecto del 2008, y alcanzó los 27 mil 222 deportados, al 30 de diciembre. Esa cifra está muy cercana a los 28 mil que llegaron el año pasado.

Dani es uno de los recién llegados esta semana y quien recibirá el 2010 en Guatemala, aunque dejó su familia y sus sueños en EE. UU. Desde los 12 años vivió en California, se casó y recientemente tuvo un hijo, que ahora tiene 6 meses de edad. Es su tercera deportación, pero asegura que su vida está allá, y regresará para reunirse con su familia.

La vida en Guatemala se presenta complicada para los deportados, donde las expectativas de encontrar empleo son bajas, así como las oportunidades.

Tras nueve monitoreos con guatemaltecos deportados este año, la Procuraduría de Derechos Humanos determinó que para el 84 por ciento de los migrantes el motivo principal para emprender el viaje al norte sigue siendo la mala situación económica y para el 11 por ciento, el reencuentro familiar.

Más de la mitad de las personas que regresan deportadas son jóvenes de entre 18 y 30 años —57 por ciento—, y la mayoría procede de San Marcos, Guatemala, Huehuetenango y Quetzaltenango. Más de la mitad —55 por ciento— deja familiares en EE. UU.

Por ello, ni la crisis económica ni los riesgos del viaje parecen acabar con las ganas de encontrar una vida mejor. Según Ubaldo Villatoro, director de la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala (Menamig), al menos el 40 por ciento de los que son devueltos intentan de nuevo el viaje.

No deben olvidarse los ciudadanos deportados por tierra desde el vecino México, que este año superan los 60 mil. La cifra se ha reducido ligeramente respecto del año anterior, cuando hubo 78 mil 247 centroamericanos deportados vía terrestre.

De los que han llegado este año, la mayoría son guatemaltecos: 28 mil 44.

La travesía por México es uno de los aspectos que ha empeorado en el 2009, según Miguel Ugalde, del Programa de Migraciones de la Universidad Rafael Landívar. Afirmó que se han detectado numerosas violaciones, amenazas, extorsiones y secuestros por parte de los grupos criminales en territorio mexicano.

Sobre las condiciones en las que son recibidos los deportados, el director de Migración, Raúl Arandi, señaló su preocupación par la situación migratoria de los deportados, y afirmó que aunque el problema es originado por las políticas de EE. UU., se ha tratado de brindar las mejores condiciones al retornar al país.

“Hay mejores instalaciones en la Fuerza Aérea, y se les da atención psicológica para ayudarlos a superar el trauma de ser deportados”, expresó. No obstante, reconoció que “falta mucho por hacer por los compatriotas”.

Los migrantes tienen sus esperanzas puestas en la posible reforma migratoria que el legislador demócrata Luis Gutiérrez presentó en el Congreso de EE. UU. el recién pasado 15 de diciembre.

A esa iniciativa hay que agregar otra que el senador Charles Schumer dará a conocer en enero del 2010, y sumar los esfuerzos de las cancillerías centroamericanas, que también apoyan la reforma.

De producirse este cambio, beneficiaría a más de 800 mil guatemaltecos que viven de manera irregular en EE. UU., pero para saber si es posible vencer las tendencias antiinmigración, habrá que esperar, al menos, hasta mediados del 2010.