Violencia y explotación aguardan a quienes tratan de llegar a Europa Madrid

Los inmigrantes que intentan llegar a Europa se enfrentan a la violencia, la explotación y a prolongadas estancias en centros de detención debido a las políticas restrictivas que aplican los países del Viejo Continente.

Según un informe de la organización Human Rights Watch (HRW), las restricciones de los gobiernos exponen a los inmigrantes a abusos y violaciones de sus derechos humanos. «Los gobiernos parecen olvidar que cuando hombres, mujeres y niños migran no se dejan sus derechos en casa», afirma Nisha Varia, investigadora del Departamento de Derechos de la Mujer de HRW.

El informe, de 25 páginas, equipara las políticas discriminatorias y restrictivas de algunos países europeos – Francia, Grecia e Italia se encuentran en la lista – y otros países desarrollados, como Estados Unidos o Rusia, con las de estados con dudosos créditos democráticos, como China, Arabia Saudí, Libia o Cuba.

«En vez de proteger a las personas que ya están expuestas al riesgo de padecer abusos, muchos gobiernos marginan a los inmigrantes, los castigan o los dejan fuera del alcance de los servicios básicos». En el informe también se estudia la situación en Sudáfrica, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Kazajistán, El Líbano, Malasia o Jordania.

Coincidiendo con las denuncias de HRW, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) emitió el pasado viernes, con motivo del Día Internacional del Migrante, un llamamiento a los países europeos para que respeten la vida y dignidad de los inmigrantes, así como su acceso a los servicios médicos.

Los que consiguen traspasar las puertas de la tierra prometida, se enfrentan a terribles condiciones de vida o son confinados en centros de detención. Los que no logran llegar a Europa, se encuentran atrapados y sin recursos para salir o volver a sus países de origen. Uno de los países de tránsito hacia Eldorado europeo es Marruecos. Allí trabaja Concha Vadillo, responsable de Asuntos Humanitarios de MSF en Rabat.

«Los inmigrantes que quedan bloqueados en Marruecos no han terminado su viaje y, por tanto, están sometidos a una época de estrés e incertidumbre. Su viaje hasta llegar aquí ha sido un periplo violento, en el que han sufrido a manos de las mafias o de las fuerzas de seguridad», explica Vadillo.

«La población inmigrante se encuentra en permanente estado de alerta y desarrolla varias patologías, como insomnio, dolores osteo – musculares. Se enfrentan a dificultades muy duras: viven a la intemperie en zonas boscosas o hacinados en pequeñas habitaciones en condiciones lamentables», explica basándose en su experiencia de trabajo.

Uno de los peores lugares donde los inmigrantes suelen quedarse estancados en su periplo hacia Europa es Uxda, en la frontera entre Marruecos y Argelia. «Uxda es un gran centro de detención a cielo abierto», señala Vadillo. «Allí son sometidos a expulsiones colectivas en una frontera en la que están expuestos a la violencia de las mafias y las bandas criminales», continúa.

«En los últimos años ha ido bajando la violencia institucional que ejercen las Fuerzas de Seguridad marroquíes y aumentando la perpetrada por las bandas de delincuentes», constata. En Marruecos, hay un flujo constante de entre 5.000 y 7.000 inmigrantes que llegan al país a la espera de poder cruzar hacia una vida mejor.

«Los inmigrantes forman la base de muchas economías, realizando labores y servicios de las que depende la gente de sus países de acogida, pero que no harían por ellos mismos. En vez de obtener respeto y libertad y el dinero que se merecen, son tratados como amenazas a la seguridad y, en general, como indeseables que deben ser empujados fuera de nuestra vista», denuncia Varia.