Un centenar de agentes de la Policía Nacional, la Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos d’Esquadra realizaron ayer una redada conjunta por las calles del centro de Barcelona contra la venta ambulante de latas de cerveza. Los agentes registraron 15 viviendas de Ciutat Vella, identificaron a 83 personas, precintaron doce de los pisos, que servían como pensión ilegal y escondían enormes congeladores en los que se almacenaban las latas, y detuvieron a veinte personas, en su mayoría por infracción a la Ley de Extranjería.
Esta operación, el mayor golpe policial contra la venta ambulante de bebidas en la calle, se centra ahora en investigar a una veintena de «hípers» de Ciutat Vella que nutrían a los «lateros».

Operación abierta
El intendente de la Guardia Urbana, Xavier Creus, explicó que la operación, cuyo objetivo era «dañar y destruir» las redes organizadas en Barcelona dedicadas a la distribución de venta ilegal en la calle de latas de bebida, sigue abierta.
En todos los registros llevados a cabo, un total de 52 inmigrantes fueron trasladados a las dependencias de la Policía Nacional para identificarles, de los que 18 permanecen detenidos por infringir la Ley de Extranjería, otro porque tenía pendiente una expulsión judicial y otro porque le pesaba una orden de búsqueda y captura. De los detenidos, ocho son de origen pakistaní, nueve hindúes, dos nepalíes y uno brasileño, según precisó el portavoz de la Policía Nacional, Rafael Jiménez.
La operación contra esta red se inició hace un año y comportó la entrada en los quince pisos, con el objetivo de identificar a los cabecillas de la red de distribución. Por ahora, prosiguen los registros en los «hípers» de la Barceloneta que los «lateros» utilizan también como despensa