LLUÍS URÍA – París. Corresponsal

INTEGRISTAS Unas 2.000 mujeres musulmanas visten el niqab y la burka en Francia

LÍNEA DURA EN LA MAYORÍA Diputados de la UMP piden la prohibibión general por ley en el espacio público
Cinco años después de prohibir el velo y todo signo de ostentación religiosa en las escuelas, Francia se dispone a poner coto también al uso exterior del velo integral, ya sea la burka como el niqab. La presencia creciente en las calles de estas dos túnicas de origen islámico que ocultan por completo el cuerpo y el rostro de la mujer – consecuencia de la implantación de grupos integristas de origen salafista-ha empujado al Parlamento a abrir un debate para decidir qué medidas tomar. A la espera de que la comisión, que ayer concluyó sus audiencias, haga públicas sus conclusiones a finales de enero, está claro que algún tipo de restricción será decidida en el uso de estas prendas en el espacio público. La duda es hasta dónde llegará.

El uso del velo integral es un fenómeno minoritario en Francia – el Ministerio del Interior calcula que hay 2.000 mujeres adeptas a esta vestimenta; un 25% son conversas al islam y otro 75% de nacionalidad francesa-pero es un foco de inquietud social.

La derecha, mayoritaria en el Parlamento, está completamente dividida al respecto. Y en la izquierda, en principio inclinada a evitar una ley, no hay tampoco unanimidad. Un grupo de diputados de la UMP, encabezado por su jefe de filas en la Asamblea Nacional, Jean-François Copé – que ayer publicó una tribuna al respecto en Le Figaro-,defienden la prohibición total del velo integral, incluso en la vía pública.

“Ocultar el rostro permanentemente en el espacio público no es la expresión de una libertad individual. es la negación de sí mismo, una negación del otro, una negación de la vida en sociedad”, afirma Copé, quien argumenta en favor de tal prohibición la defensa de la dignidad de la mujer y la salvaguarda del orden público. “Debemos ser ejemplares: ¡tengamos el coraje de decir no a quienes instrumentalizan las libertades democráticas contra la democracia!”, concluye en su escrito.

Esta postura, sustentada jurídicamente por el constitucionalista Guy Carcassonne, es compartida por el presidente de la comisión, el comunista André Gérin – que es además su impulsor-,y por el diputado socialista Jean Glavany. En esta línea se inscribe también el ministro de Inmigración e Identidad Nacional, Eric Besson, que ayer se expresó ante la comisión. Pero su posición en el Gobierno es minoritaria.

Sin llegar a la posición del ministro de Trabajo, Xavier Darcos, que defendió la aprobación de una mera resolución – sin fuerza legal-,el Ejecutivo de François Fillon parece optar por una ley comedida, consistente en prohibir el uso del velo integral de forma selectiva, como avanzó el ministro del Interior, Brice Hortefeux: en los servicios públicos – Administración, universidad, hospitales-e incluso en los comercios. Pero excluyendo los transportes públicos y la calle. La transgresión de esta norma podría conllevar el pago de una multa y la imposibilidad de adquirir la nacionalidad francesa.

Nicolas Sarkozy, que el pasado mes de junio declaró solemnemente en Versalles que “la burka no es bienvenida en Francia”, no se ha pronunciado hasta ahora sobre la cuestión práctica de la prohibición. Pero el Elíseo parece en la misma línea que Matignon, más partidario pues de una línea “realista”, dadas las dificultades legales de una prohibición total.

La mayoría de los juristas que han declarado ante la comisión parlamentaria han apuntado que la prohibición total del velo integral chocaría con la Convención Europea de los Derechos del Hombre y podría ser tumbada en los tribunales. Ni la laicidad – a la que está obligado el Estado, pero no los ciudadanos individuales-,ni la defensa de la dignidad de la persona ni el orden público serían, a su juicio, razones jurídicamente suficientes. Las entidades islámicas, que también se han expresado en el parlamento, han alertado que una ley de este tipo puede “estigmatizar” a todos los musulmanes.