El ministro francés de Inmigración, Eric Besson, confirmó ayer la expulsión de inmigrantes afganos en un vuelo conjunto organizado por los Gobiernos de Francia y el Reino Unido.

Besson precisó, a la salida del Consejo de Ministros, que el avión había llegado ayer por la mañana a Afganistán, y que en el aparato viajaron nueve personas expulsadas desde Francia. «No son refugiados», insistió el ministro en respuesta a las protestas de varias organizaciones, y añadió que no lo son no solo porque no se les ha concedido ese estatuto, sino porque «ni siquiera lo han pedido». Estaba prevista la expulsión de un décimo afgano, pero pudo evitarlo gracias a una decisión del Tribunal de Apelación de Douai.

La «reconducción» – término empleado por el departamento de Inmigración – de estos extranjeros ha reproducido la polémica en Francia sobre la conveniencia de enviarlos a un país en guerra donde podrían correr peligro.