El Gobierno aprueba los datos del padrón, que confirman que la población crece a una media de 650.000 personas al año Madrid

En España viven de forma oficial 46.745.807 personas. Ni más ni menos. Ésas son las que figuran en los datos de empadronamiento, cuya actualización a 1 de enero de 2009 fue aprobada ayer por el Gobierno y que son los más fiables para conocer la población real del país.

La cifra confirma el crecimiento regular que ha tenido en la última década, a un ritmo medio de 650.000 personas al año. En 2008, la subida de inscritos en el padrón municipal fue algo menor, de 587.985, lo que supone un 1,3%.

De mantenerse esta dinámica en los próximos años, España superaría la simbólica barrera de los 50 millones de habitantes en 2014 o 2015.

Los datos muestran una vez más cómo el crecimiento poblacional se concentra en una serie de núcleos concretos. La comunidad autónoma en la que más sube es Baleares, con un incremento del 2,1%, seguida de Castilla – La Mancha (1,9%) y la Comunidad de Madrid (1,8%).

Por contra, hay una serie de autonomías en las que el padrón no aumenta o lo hace de forma anecdótica. Es el caso de Castilla y León, con un incremento de sólo el 0,2%, de Extremadura y Galicia (0,4% en ambas) y de Asturias (0,5%).

Una característica del padrón municipal en 2008 es, no obstante, que, a diferencia de otros años, la población se ha incrementado en todas las comunidades autónomas, aunque en algunas sea mínimamente.

Por provincias, las más pobladas son lógicamente los dos puntos económicos más importantes del país: lidera Madrid, con 6.386.932 personas empadronadas, y le sigue Barcelona, con 5.487.935. A la cola están Soria (95.101), Teruel (146.751) y Segovia (164.854).

Echando la vista atrás una década, en 1999 había 40.202.160 personas viviendo en España, por lo que el crecimiento del padrón en 10 años ha sido de seis millones y medio de nombres. Una subida ciertamente importante, en la que tiene mucho que ver la inmigración, que aporta el grueso del incremento poblacional.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística hablaban de que, mientras la población de nacionalidad española crecía un 0,4% al año, los extranjeros que viven en la Península lo hacían a una velocidad del 6,3%. Entre éstos, la mitad son de la Unión Europea, y la otra mitad, fundamentalmente, de países de América Latina y de Marruecos.

Geográficamente, el crecimiento de esta década ha sido muy irregular, concentrándose en unas pocas comunidades autónomas. Han ganado mucha población Madrid (1,2 millones más de habitantes), Cataluña (otros 1,2 millones), Comunidad Valenciana y Andalucía (un millón en cada una).

Por contra, hay autonomías en las que ni la llegada de inmigrantes, masiva en ciertos casos, ha conseguido que ganen población. Asturias, por ejemplo, tenía el 1 de enero de 2009 casi exactamente la misma población que en la misma fecha de 1999: poco más de un millón. Y lo mismo le ocurre a otras, como Extremadura, donde el incremento en 10 años ha sido sólo de 30.000 personas. En definitiva, lugares en los que, sin la llegada de inmigrantes, perderían población todos los años.

De cara al exterior, el crecimiento sostenido de la población española durante la última década ha consolidado a España como el quinto país más poblado de la UE. Está detrás de los cuatro grandes – por este orden, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia – y por delante de Polonia, que tiene 38 millones de habitantes.

Como curiosidad, España era el 1 de enero el 27º país del mundo más poblado, situado entre Corea del Sur (26º) y Ucrania (28º).