SILVIA FERNÁNDEZ – Las Palmas de Gran Canaria
La activista saharaui Aminatu Haidar, que ayer cumplió 25 días en huelga de hambre tras haber sido expulsada de Marruecos, confía en que el reino alauí ceda finalmente a las presiones internacionales y permita su regreso a El Aaiún. Así lo explicó ayer la propia Haidar, en una rueda de prensa en el aeropuerto de Lanzarote, a las puertas del habitáculo situado en el aparcamiento de autobuses, donde permanece a la espera de regresar al Sáhara. Ante la prensa, la actriz Lola Dueñas leyó una carta escrita por ella en conmemoración del día internacional de los Derechos Humanos. Después fue su turno para asegurar que no sabía si desde Washington se presiona a Rabat para que ella regrese a El Aaiún, si bien consideró que Marruecos, llegado un punto, “podría ceder” ante la presión internacional.

No obstante, Haidar reprochó al Gobierno español no haber hecho “suficiente” para resolver un problema que, según sus palabras, “ha creado”. “España tiene que dar importancia a los derechos humanos y dejar su actitud y postura actual”, dijo. A media mañana, la saharaui recibió la visita de varios eurodiputados, que mostraron su compromiso con su causa anunciando una moción para frenar en Europa el Estatuto de Vecindad con Marruecos mientras no se logre un acuerdo. Haidar insistió en que su intención es regresar al Sáhara Occidental “con pasaporte o sin pasaporte; viva o muerta” y aseguró que su estado moral sigue aún “a un alto nivel”. Afirmó que esto es lo que le alimenta cada día y loque “aligera su sufrimiento”.

También se refiriró a su familia para reiterar su deseo de abrazar a sus hijos y estar con su madre, “pero con dignidad”. Sobre la carta que le hicieron llegar el martes sus hijos, de 15 y 13 años, desde El Aaiún y en la que pedían ayuda para su madre, Haidar señaló que le empuja “a ser más dura que antes”. En referencia a la prolongación de la huelga de hambre y su delicado estado de salud, manifestó que sabe “muy bien lo que está haciendo” e indicó que, según la Declaración de los Derechos Humanos, no puede ser alimentada contra su voluntad.

Haidar dijo que entiende la preocupación de la sociedad española por su salud, pero señaló que es su dignidad “la que está en juego”. Y aseguró, sobre el testamento vital que redactó hace unos días, que cuando llegue el momento “todo el mundo” sabrá su contenido.
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